martes, 24 de julio de 2012

LA LAUREADA DEBIDA


El pasado 1 de junio del presente año, se firmó un Real Decreto (el 905/2012), por el que se concedía la Laureada de San Fernando (la más alta condecoración militar española) al Regimiento de Caballería Acorazado Alcántara 10. La medalla colectiva no se concedía desde 1943 (fue a la Primera Compañía del Segundo Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta, por su valor en la reconquista de la posición de El Pingarrón, en el Jarama, el 19 de febrero de 1937) y a título individual el último precedente se remonta a 1973.
La distinción se le concede al regimiento por su heroica participación en las jornadas del conocido como Desastre de Annual, allá por 1921 y más concretamente por sus acciones entre los días 22 de julio y 9 de agosto de aquel año, cuando las tropas españolas se retiraban de manera desorganizada y eran presa fácil de las cábilas rifeñas que las estaban masacrando, muchas veces con verdadera saña. El Regimiento recibe la orden de proteger la retirada de estas tropas que estaban desperdigadas a lo largo de una línea de "blocaos", línea mal organizada y de difícil abastecimiento, carecían de agua y, en parte, aquellos destacamentos avanzados estaban formados por tropas nativas que desertaron o se volvieron contra los españoles a las primeras de cambio.
El Regimiento de Alcántara, salió de Melilla al mando del teniente coronel Fernando Primo de Rivera —su coronel, Francisco Manella se encontraba en Annual, donde moriría—, para proteger y ordenar la retirada de las posiciones. Sin perder su disciplinado orden en medio del caos, diversas subunidades del Regimiento, mayoritariamente formado por «quintos», intentan incesantemente durante los días 21, 22 y 23 socorrer diferentes posiciones y proteger con sus fuegos y continuas cargar al sable a las tropas que escapan. Evacuan incluso sobre sus monturas heridos abandonados. En la mañana del día 23 de julio, en medio de la retirada general ordenada, buena parte del Regimiento corre en socorro de un convoy de ambulancias atacado, donde encuentran a los heridos y conductores atrozmente rematados. Los jinetes protagonizan una rabiosa carga, que alcanza el cuerpo a cuerpo. Sin solución de continuidad el destacamento principal del Alcántara —unos 460 hombres— recibe la orden de afrontar la más celebre de sus acciones: Forzar el paso del rio Igan, donde hostiga una numerosa harka, para proteger el vadeo de las tropas en retirada. Un relato que se mueve entre la leyenda y la realidad, cuenta que la última carga se dio al paso debido al agotamiento de las monturas.
Al anochecer de aquel fatídico 23 de Julio de 1921 “Alcántara” había dejado de ser un Regimiento, pero el Libro de la Historia le abriría desde entonces una de sus mas brillantes páginas. De los 691 hombres que formaban el Regimiento al toque de diana, al pasar la reglamentaria lista de Retreta en la noche de ese día 23 de Julio, 541 habían muerto en combate, 5 habían sido heridos (los moros remataron con feroz crueldad a muchos soldados heridos), y 78 quedaron prisioneros de los harqueños. TOTAL: 624 bajas. Sólo 67 jinetes extenuados consiguieron alcanzar la posición de El Batel.
Entre los muertos estaban los 13 cornetas, educandos de banda, apenas unos niños, que no quisieron abandonar a sus compañeros. Los supervivientes, participaron en la heroica defensa del Monte Arruit, donde en la mañana del 5 de agosto, el teniente coronel D. Fernando Primo de Rivera y Orbaneja (su jefe y hermano del dictador), encontró la muerte. Le fue concedida la Laureada y su nombre figura desde entonces y a perpetuidad a la cabeza del Escalafón de los Tenientes Coroneles del Arma de Caballería. Al final de todo, los pocos que quedaban participaron en la defensa de Melilla y el posterior contraataque iniciado días después, con los refuerzos llegados desde Ceuta y la Península.
Aunque Primo de Rivera recibió la Laureada de San Fernando en 1923, no sería hasta julio de 1929 cuando se inició el juicio contradictorio para la concesión de la condecoración colectiva a su unidad. En febrero de 1933 el instructor emitía sus conclusiones. Tras reseñar las acciones «donde resplandece de forma brillante la conducta de ese Regimiento», indica que ya fue «el clamor público» quien las juzgó «sin pasiones» como heroicas y definitivas. «El juez tiene el honor de informar —concluía— que en pocos casos como el presente está tan claro el derecho a tan apreciada recompensa».
Pero el expediente administrativo se paralizó inopinadamente en 1.934. La unidad había sido disuelta dos años antes en virtud de la Ley Azaña.
En 1944 renace en Melilla. Tras diversas vicisitudes, en 1974 pasaba a ser el Regimiento de Caballería Acorazado Alcántara 10, que ha venido a unir, como última línea de su dilatado historial, la reciente participación en la misión de Líbano.
En el año 2005, el empeño del entonces coronel de la unidad, Manuel Lobón, hace que el expediente sea exhumado de los archivos. Con sorpresa se descubre que el proceso administrativo nunca había sido concluido; seguía oficialmente abierto. En 2010 la Orden de San Fernando eleva al Ministerio de Defensa la propuesta favorable de concesión, que no fue presentada a Consejo de Ministros. La concesión de la Laureada Colectiva cierra ahora definitiva y legalmente el expediente. Cierra también la vieja «batalla» de un moderno Regimiento, donde los carros Leopard han sustituido al caballo, pero donde el temple nunca cambió.
Como ha dicho el D. Juan Luis Sanz y Calabria, actual Coronel Jefe del Regimiento de Caballería Alcántara 10:
Hoy, después de 91 años, el Regimiento siente que se ha cerrado una herida, que ya nos habíamos acostumbrado a ver abierta. Los Héroes del Alcántara no han tenido prisa. Han estado presentes cada año, en cada acto donde haya estado formado un soldado del Regimiento. Su recuerdo ha permanecido en nosotros, convirtiendo en un deber de todos quienes sentamos plaza en el Alcántara reclamar una gloría, que ellos no buscaron ni persiguieron, y darla a conocer para ejemplo del propio Regimiento, del Arma de Caballería, del Ejército de Tierra y las Fuerzas Armadas y de todos los españoles de bien. La concesión de la Laureada colectiva a la totalidad del Regimiento de Cazadores de Caballería Alcántara número 14 por las múltiples acciones en los sucesos de Annual en 1921 es la constatación de que sus actos no fueron en balde y que su heroísmo es reconocido.
Ya descansan en paz.


(La ilustración de cabecera, es la reproducción de una de las cargas, pintada por el artista Ferrer Dalmau y la foto que cierra la entrada, es la estua ecuestre del Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera, que se halla en el patio de la Academia de Caballería de Valladolid)



11 comentarios:

  1. Joder 624 bajas fue un número muy elevado, y desde luego estos héroes bien se merecen este reconocimiento.

    Saludos Trecce.

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    1. Todo por el cumplimiento del deber, para cubrir la retirada del grueso de las tropas españolas que huían en auténtica desbandada.

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  2. Hoy para ver heroicidades así habría que fijarse en bomberos forestales o la Guardia Civil.

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    1. Hablas de profesionales, estos, salvo los oficiales, eran quintos, gente del pueblo.

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  3. No es por competir, pero mi padre tenia una, fue uno de los oficiales más joven del país en aquellos entonces, la guerra le cogió estudiando la carrera, con 17 años ya era sub-oficial y al poco oficial.

    Capitán de la legión de aquellos entonces y para cuando terminó la guerra ya tenia la medalla de la Laureada...

    Saludos.

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    1. No compitas, pero puedes presumir de ello (creo yo, vamos)

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  4. Merecidísima, me alegra que hayan subsanado la tropelía de los anteriores que se negaron a concederla.

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    1. Era de justicia, Maribel, pero por aquello de la desmemoria histórica, en el 2010 dejaron correr la cosa, con algún jefe paniaguado en el asunto, por desgracia.

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  5. Enhorabuena por la entrada. Me encanta la estrategia y ha sido un placer leerla. Hace poco colgué una sobre la batalla del Ebro. No sé si has podido echarle un ojo.
    Un abrazo crack!!

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    1. Vi lo que publicaste y no sólo lo vi, sino que me lo lei de cabo a rabo. La primera parte, que dedicas a Teruel, porque deduzco que tienes pensado seguir sobre el asunto de la batalla del Ebro (ya sabes, la más sangrienta de la Guerra Civil) y yo te animo a ello, así que ya sabes.
      Otro abrazo afectuoso para ti.

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    2. La más sangrienta de la guerra civil y de nuestra historia. La he empezado, pero el maldito tiempo que no tengo me impide terminarla, prometo hacerlo.

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