lunes, 6 de septiembre de 2010

PERO... ¿QUIÉN MATÓ A HARRY?

Por regla general, ir a ver una peli de Hitchcock, es encontrarse con un film de suspense con sus leves toquecitos de humor tan propios, por otra parte, del director británico.
He aquí, por el contrario, una comedia con algunos elementos de suspense.
Aunque yo más bien diría que esta película, quiere ser una comedia, porque para mi gusto, no llega a lograrlo, al menos no del todo.
Los diálogos, por momentos son bastante buenos, bastante divertidos, por así decirlo, pero tanto derroche de ingenio, de sutilidad, de esperpento, de surrealismo, hace que el humor se vaya perdiendo, como si nos acabara resultando cansado o repetitivo, no sé explicarlo muy bien, pero desde luego, no me extraña que haya mucha gente que no sepa que esta peli es de Hitch, porque símplemente no saben que existe.



A mí me da un poco de pena, porque creo que pudo haber sido algo que no es, apunta maneras de ser una de esas pelis de humor ingenioso y diferente, pero se queda en el camino y no pasa de ser un experimento, bien es verdad que de cierto nivel, como no puede ser menos dado quién está detrás de la cámara.



Hay, no obstante, muchas cosas a destacar, como pasa siempre con los films de este señor, aunque no te hayan gustado. En este caso, debo decir que me encantó la banda sonora, a cargo de Bernard Herrmann, con pasajes auténticamente maravillos. Y la fotografía, que lleva la firma de Robert Burks, los paisajes otoñales están magníficamente retratados, de lo mejorcito de la peli.
Hay una escena, que me gustó mucho y que quizá contenga uno de los mejores momentos de suspense del maestro en una peli que no es precísamente conocida por este recurso. Se trata de aquella rodada en el salón de la casa de la viuda, en la que el ayudante de sheriff, metido a superdetective, les pilla en plena faena de asear al cadaver y lo esconden apresuradamente, durante toda la escena, Hitch nos hace creer, como un auténtico mago, que el cadaver está tras una puerta que, durante toda la peli, hemos estado viendo que se abre sola. En ella está apoyado John Forsythe y cuando el ayudante está a punto de irse, se separa de la puerta y ésta se abre, el corazón, nos da un vuelco, pero tranquilos, es sólo un truco...



La peli se rodó en Vermont y, al parecer, la noche siguiente a la llegada del equipo de rodaje, cayó una nevada impresionante que hizo que se pasaran los días inmediatos sin rodar un solo plano y con Hitchcock mirando al cielo para ver si aquello se despejaba.
Este film supuso el debut de una, hasta entonces, desconocida Shirley MacLaine.



2 comentarios:

  1. Un divertimento de Hitchcock, y como tal hay que tratarlo. Me gustó bastante. Hay algunas secuencias muy buenas. Y el punto de vista de... ¡el cadaver! en algunas está muy conseguido.
    Saludos!

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  2. Un muerto que no hace nada sino eso, el muerto, y que sin embargo era un actor el que hacía de tal.

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