Julia (Anna Castillo), una joven de 22 años, separada y madre de dos niños, se enamora de Óscar (Oriol Pla), un chico conflictivo con el que comienza una relación. A medida que pasan tiempo juntos, Julia empezará a plantearse si Óscar es la persona que realmente necesita a su lado, lo que la llevará a iniciar un viaje personal en busca de su felicidad y la de su familia.
Coproducción hispano-francesa con una llamativa banda sonora que incluye temas del grupo andaluz "Triana", junto a fragmentos de óperas muy conocidas y una interpretación de Anna Castillo que le valió el elogio unánime de la crítica, incluso de aquellos a quienes la película no acabó de convencer.
Atención también a los créditos, diseñados por el veterano y gran creador español Manuel Estrada, Premio Nacional de Diseño 2017 y autor de un buen número de diseños de identidad corporativa, proyectos editoriales, identidad visual y prácticamente todos los campos relacionados con el diseño gráfico.
La película se divide en tres capítulos que responde al nombre de cada una de las parejas de la protagonista.
El film narra el viaje hacia la madurez emocional de una joven que se va enredando con parejas poco recomendables hasta ir encontrando un camino hacia la esperanza. Y es que hay cosas que parece que nunca acaban, entre otras, el aprendizaje. Julia ha tenido dos niños con el amor de su primera juventud, un compañero de instituto nada proclive al compromiso, aunque en la película se deduce que la ayuda económicamente gracias a su profesión de soldado.
Cuando conoce a Óscar, al espectador se le representa esa imagen que todos conocemos por alguien más menos cercano, que se enreda en una relación tóxica con una persona a la que se ve venir, tiene todos los rasgos de un maltratador de manual y parece que absolutamente todos lo intuímos menos la mujer que cae en la trampa. Óscar es uno de esos tipos controlador, vago, preocupado por desarrollar músculo y lucir tatuajes, obsesivo, paranoico y que te suelta un mamporro a la menor, convencido de que la culpa es tuya, y que te dice que no va a volver a ocurrir porque te adora, hasta que te suelta el siguiente.
Así que además del recorrido sentimental de la joven, el film aborda el problema del maltrato y lo hace con certeza y concreción. Julia lo enfrenta y, con apoyo de los más cercanos, trata de superarlo.
La historia y los personajes que nos muestra, presentan situaciones que se nos antojan reales, en cierto modo cercanas y reconocibles y para quienes ven en el final esperanzador una falta de profundidad y una intención de suavizar el asunto, decir que, al parecer, los guionistas, el propio realizador Jaime Rosales y Bárbara Diez, pretenden, sin esconder nada, huír de victimismos y hacer ver que si se afronta el problema y se toman las decisiones adecuadas, se puede remontar por más sufrimiento que haya que soportar en el camino.
Una gran película, como todas las de Rosales, que debería haber tenido mayor repercusión. Cierto que Laia Costa también estaba muy bien en "Cinco lobitos", pero Anna Castillo era igualmente merecedora del Goya.
ResponderEliminarEl año pasado ha sido bueno para el cine español y si de actrices hablamos, unas cuantas han estado de sobresaliente.
Eliminar