viernes, 28 de junio de 2019

LA LOTERÍA DEL AMOR

Rex Allerton (David Niven), es uno de los actores con más atractivo de Hollywood un verdadero icono de la pantalla grande, la figura más importante de la productora que le tiene contratado, tras el perro Fang. El apuesto actor británico rezuma sofisticación, encanto y mucho más, además, interpreta una serie de papeles altamente exitosos.
Sin embargo, también es un hombre atado por el éxito, luchando por sobrellevar los excesos de la fama y las hordas de fanáticas gritonas que lo acosan cada vez que sale del recinto seguro de su estudio en Hollywood, incluso irrumpiendo en su hogar con la esperanza de adquirir un par de viejos calcetines o cualquier otra prenda que haya pertenecido a la estrella. Después de sufrir un sueño recurrente que parece trazar un inquietante paralelismo con los experimentados por Ritchie Cave, otra gran estrella, que ha tenido que ser ingresado en una residencia de descanso, y de que se le presente otra maratoniana campaña de promoción, Rex compra su contrato con el estudio y regresa a Inglaterra, con la esperanza de encontrar una vez más el estrellato en el escenario del West End. Su fama es tal, sin embargo, que incluso su antiguo mentor no lo aceptará para papeles teatrales clásicos, alegando que el público está demasiado acostumbrado a verle como pirata o espadachín. Al encontrarse nuevamente asaltado en las calles de la capital británica, él y su mayordomo, Jennings (Charles Victor), se van a la pequeña ciudad italiana de Tremaggio (un nombre ficticio), donde esperan encontrar una nueva vida que les permita vivir tranquilos.
Sin embargo, un llamado Sindicato del cáculo, que se dedica a hacer apuestas, tiene su ojo puesto en Allerton, con la intención de hacer una campaña de promoción de un nuevo juego, La lotería del amor, en la que el propio Allerton, será el primer premio y se casará con la afortunada que posea el boleto ganador. Un casino cercano que tienen bajo su control, es la oportunidad perfecta para que Rex esté en deuda con ellos.


Comedia bastante ligera que cuenta con el aliciente de la presencia de David Niven. En general, la historia está desarrollada de forma simplona e ingenua, con unos diálogos pobres, salvo un par de frases divertidas y un tratamiento del papel de la mujer que el más de medio siglo transcurrido desde su estreno, deja totalmente obsoleto, aunque quizá sirva para mostrar el concepto que se tenía en aquel entonces.
Bellas imágenes del Lago de Como, en cuyos alrededores se filmaron la mayoría de los exteriores.


Como curiosidad, la escena que cierra el film, es un cameo de Humphrey Bogart, que apenas aparece unos breves segundos en pantalla, pero que supone un colofón ingenioso y divertido para esta película que no figura entre las mejores producidas por los míticos Estudios Ealing.




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