martes, 25 de junio de 2019

TORGAU (EL FIN DE UNA GUERRA Y EL PRINCIPIO DE OTRA)

Torgau es una pequeña ciudad alemana situada a orillas del río Elba en el estado de Saschen, Sajonia. La mañana del 25 de abril de 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial vivía sus últimos días en suelo europeo, una patrulla norteamericana de reconocimiento, perteneciente a la 69ª División de Infantería, llegó al río Elba en las inmediaciones del pequeño poblado de Strehla y observó que en la ribera oriental había soldados soviéticos que les hacían señas al grito de "¡americaninsky!" Horas después, los soldados americanos y los soviéticos de la 58° División de Guardias del Ejército Rojo, se reunían en el puente de la localidad de Torgau, sobre el Elba. Ambos Cuarteles Generales, dispusieron que se celebrara un festejo oficial en Torgau entre soldados de ambos países, con un "apretón de manos" cubierto por la prensa y noticieros estadounidenses y soviéticos, mientras que el presidente Harry S. Truman y Iósif Stalin intercambiaron mensajes oficiales de felicitación.
Ninguno de los americanos hablaba ruso, y los soviéticos no hablaban inglés, por lo que, irónicamente, su lenguaje común era el alemán. Entre los norteamericanos se hallaba el soldado Joseph Polowsky que señaló que aquel fue un momento de gran solemnidad en que todos estaban al borde de las lágrimas, pero algo flotaba en el ambiente que les hacía percibir que las cosas no irían en el futuro tal y como las imaginaban en aquel momento.
La desconfianza se instaló entre los aliados y los restos de armonía desaparecieron tras el estallido de la bomba atómica que destruyó Hirosima. La Segunda Guerra Mundial había terminado, pero comenzaba la llamada "Guerra Fría".
Polowsky nunca se olvidó de los rusos y se fue a la tumba en 1983, creyendo que algo maravilloso había ocurrido en el Elba cuando unos hombres se encontraron, más como seres humanos, que como representantes de sistemas antagónicos. Durante el resto de sus días, trabajó incansablemente para lograr un desarme nuclear y nunca llegó a comprender la facilidad con que los rusos habían sido transformados en enemigos. Siempre insistió en que deseaba ser enterrado en Torgau, pero entonces esta localidad estaba en la República Democrática Alemana, un sitio donde los americanos no eran bien recibidos, ni vivos ni muertos.
En la historia de la Guerra Fría, Polowsky se convirtió en símbolo de un camino que jamás fue recorrido.



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