lunes, 8 de julio de 2013

TAMBORES LEJANOS

El capitán Quincy Wyatt (Gary Cooper), que sirve en el ejército de los EE.UU. , recibe la misión de asaltar el Fuerte Infanta, un lugar en el que los contrabandistas de armas han fijado su base de operaciones, desde la que abastecen a los indios semínolas y dificultan la labor del ejército que mantiene una guerra abierta contra ellos en busca del dominio sobre Florida.
El capitan Wyatt vive alejado de la tropa, junto a su hijo, fruto de su matrimonio con una princesa india que fue violada y asesinada, tiempo atrás, por un grupo de soldados novatos que se habían emborrachado.
Para su misión contará con el apoyo del teniente de la marina norteamericana Richard Tufts (Richard Webb). Tras tomar el fuerte, libera a algunos rehenes retenidos por los piratas, entre los que se encuentra una mujer, Judy Beckett (Mari Aldon) de la que Wyatt acabará enamorándose.



Raoul Walsh, uno de los grandes maestros de la narración cinematográfica, nos acerca este trepidante filme de aventuras.
Su habilidad para el relato, convierte el desarrollo de la trama en un perfecto mecanismo de relojería que atrapa al espectador por su ritmo y por la hábil manera de manejar la historia que nos cuenta.
Con una fotografía que saca mucho partido a los espectaculares paisajes tropicales por los que se aventuran los soldados y los indios que les persiguen y una banda sonora que lleva la firma de uno de los grandes de todos los tiempos, Max Steiner que, calidad aparte, encaja perfectamente con la acción del film.


Gary Cooper, en su mejor momento, no regala una de esas actuaciones en las que encarna a la perfección al héroe dotado de todos los estereotipos: Valiente, buen luchador, guapo, enamorando a la chica y, por si fuera poco, se afeita con su cuchillo, todo un machote.
Conseguidas escenas de acción, con alguna que sobresale por su originalidad, como la lucha bajo el agua entre Wyatt y Oscala, el jefe de los semínolas.
Y un montón de anécdotas que la rodean, desde la conocida por todos los cinéfilos de que fue en este film en el primero que se utilizo el conocido grito Wilhem (por dos veces, a falta de una), hasta que la mayoría de los indios eran semínolas de verdad, o que, en la versión original, los contrabandistas hablan en español.
De la rigurosidad histórica, mejor no hablar, porque nada más ver el empleo de rifles de repetición, o de pistolas de 6 balas, que no existían en la época, nos imaginamos cómo será lo demás.
Película entretenida, de esas que cuando las ves de crío te encantan por lo que dan de si la acción y la aventura y que cuando vuelves a ver de mayor, ya no es lo mismo.
No es una gran película, pero tenemos a Gary Cooper en medio de los Everglades de Florida.




10 comentarios:

  1. Otra de esas películas que quedó grabada en mi memoria. Gracias por traerla.

    Saludos Trecce.

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  2. Son de esas películas que sin grandes pretensiones consiguen que pasemos un rato agradable. Coincido en lo espectacular del paisaje.

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    1. Lo cierto es que la fotografía es magnífica al acercarnos a ese paisaje selvático de Florida.

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  3. Remake encubierto de Objetivo Birmania, pero en color y con los seminolas en vez de los japonese, el resto es prácticamente igual. Un clásico. Coopper dijo que le dejó a los mosquitos unos cuantos galones de su sangre. Ojo con los seminolas, son los únicos indios que aún no han firmado la paz con USA (Walsh los usó como extras y tuvo algún que otro problema: lo amenazaron de muerte). En fin, hay que verla sí o sí.

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    1. Y sin embargo, la sensación de agobio se me hizo mucho más patente en Objetivo Birmania que en esta.
      De cualquier modo hay que reconocer que Walsh es un maestro a la hora de narrar estos ambientes de tensión y las reacciones del grupo ante tales circunstancias.

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    2. Es curioso, pero es cierto que la sensación de agobio es más acusada en la película original, y eso que no se rodó en Birmania (fueron hasta ocho localizaciones en distintos lugares de California), cosa que no ocurrió con el remake que sí se rodó en el lugar donde se supone ocurren los hechos. Supongo que el blanco y negro realista de Objetivo Birmania (aún no había acabado la guerra) y el buen hacer del gran James Wong Howe ayudó mucho para dar con esa sensación.

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    3. Y ya puestos a divagar sobre ambos films, evidentemente paralelos, para mí, "Objetivo Birmania" otorga más protagonismo al grupo, es como si en esta, la figura de Cooper llenara todo, pues ya está presente antes de aparecer.

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    4. Tienes razón, el capitán de Flynn es un héroe anónimo y los secundarios cobran protagonismo, cosa que no ocurre en Tambores Lejanos. Y por otro lado el arranque de esta última película es como el de Apocalypsis Now: la voz en off del teniente que va navegando en busca de un oficial que vive en la jungla haciendo la guerra por su cuenta.

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    5. Alguien podría pensar que nos encanta hablar de estas cosicas... Pues acierta, al menos en mi caso.

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