miércoles, 8 de septiembre de 2010

ATRAPA A UN LADRÓN

Siempre he dicho que también los directores de cine, por grandes que sean, tienen sus gastos y deben hacer caja de vez en cuando.
Si alguna vez Hitchcock ha dado la impresión de estar haciendo una peli por motivos crematísticos, es esta y yo añado que es totalmente legítimo, ¡sólo faltaba!
Claro que se me ocurre otro. Los exteriores se rodaron en la Riviera francesa (Niza, Cannes,...), y tan legítimo me parece también, pasarse unas vacaciones pagadas en lugares tan llamativos y con tanta clase. Vamos que yo, desde luego, no lo dudaría ni un instante, la pena es que jamás se me va a presentar una ocasión de estas.
Además, como también me gusta recordar en alguna ocasión, la de Hollywood es una industria, basada en el cine, pero industria y entra dentro de esa lógica empresarial hacer un producto seguro para ganar una pasta, que para eso están las empresas. Y nada más seguro que director de prestigio; chica guapa y chico al que hay que sacarle los últimos réditos de galanura porque ya empieza a tener una edad; historia de amor entre ambos y paisajes de la zona de veraneo más exclusiva del planeta. Y ellos, por supuesto, yankees de pura cepa.


En sus conversaciones con Truffaut, Hitchcock decía de esta peli que la historia era ligera, o algo así. Y si ligera era la historia, el film resultante ligero ha quedado, quizá de las pelis más decepcionantes del genio, si no la que más.


Pero ya estamos a vueltas con lo de siempre, aún siendo un fiasco, lo es por venir de quién viene, porque te esperas otra cosa y te da la sensación de que Hitch te ha tomado el pelo. Pero dicho esto, técnicamente, ni un fallo, no sólo eso, sino que en algunos aspectos se nota la brillantez de un maestro y recuerdo ahora la fotografía, con unos paisajes que, la verdad, a un buen profesional se lo están poniendo en bandeja; algunos diálogos que contienen frases de cierto ingenio y esos planos picados, a los que tan aficionado era y que, yo opino, dado que la peli no le debía atraer mucho ya de entrada, se dedicó a irnos dejando a lo largo de la misma.


Los actores están acorde con el film, Cary Grant poco convincente en su papel, a veces como desganado, incluso "sobrado" en sentido negativo y Grace Kelly, haciendo de florero, muy bonita y muy guapa, exquisitamente vestida, pero cuando esperamos que arranque ese lado de mujer inteligente que se nos apunta y no sólo de rica y guapa, no acaba tomar la salida.
Hay un par de escenas que me llamaron la atención. La de la plataforma en el mar, donde se reunen Cary Grant y las dos chicas que se lo disputan, que me parece hasta divertida y otra, cuando están de picnik y Grace Kelly saca unas piezas de pollo de la cesta campestre y pregunta: ¿Muslo o pechuga? Tiene su gracia por lo burdo de la indirecta. En fin, sería una broma de Hitch.


Como la cosa no da para mucho, un par de chascarrilos.
Al parecer, durante este rodaje fue cuando Grace Kelly conoció a Raniero de Mónaco, con el que después se casaría.
Se dice que la carretera por donde conduce ella a velocidad de vértigo (con zapatos de tacón, ¡qué pericia!), en su Alpine azul, fue donde encontró la muerte en la vida real.




4 comentarios:

  1. Me encanta cómo lo cuentas, cómo vives a Hitch y el jugo que le sacas a cada peli.
    Y con sentido del humor, que ya es!
    Un abrazo.

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  2. Es que algunas pelis, aunque sean de un maestro, hay que tomárselas así, porque tampoco son nada del otro jueves.

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  3. La Kelly , aqui, preciosa. Poco más. Puede que de la etapa "color" de las más flojas del maestro

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