viernes, 5 de febrero de 2010

BARRY LYNDON

La primera vez que vi esta peli fue con mi amigo Agustín en lo que hoy es el Teatro Reina Sofía y que para nosotros siempre fue "El Teatro", en aquellos ciclos de los miércoles que programaba Fernando Muñiz. En mi retina quedaron las imágenes esplendorosas de las batallas en orden cerrado, con los tambores resonando y los ejércitos con sus vistosos uniformes y las banderas desplegadas en plena campiña.
Y es que el film es pura estética, nos parece estar viendo cobrar vida a los cuadros de los mejores pintores del realismo. Y si nos vamos a la banda sonora, qué decir, un ramillete de clásicos (Händel, Mozart, Schubert, Vivaldi...) que salpican de manera bien distribuída algunas de las secuencias.
Por todos lados se ve la maestría de Kubrick, la perfección técnica que hace que , a veces, hasta te olvides de la historia, o te parezca secundaria. Tampoco es que los actores sean nada del otro mundo, pero hasta en eso se puede apreciar cierto toque sutil, porque Ryan O'Neal, refleja muy bien la imagen de desamparo del protagonista, quizá por la sosería que algunas veces tiene y Marisa Berenson, está acorde con el esteticismo de la película, muy bella.
Hay algo que no me acaba de gustar del todo y es que quizá se hace un poco larga (son tres horas, nada menos) para lo que nos viene a contar, a pesar de la borrachera de magníficas imágenes, por eso se hace un poco más soportable, de no ser tan bonito todo, con ese vestuario impecable, no habría quien la aguantase.
Kubrick utilizó la mejor tecnología de la época, hasta lentes proporcionadas por la NASA, que le permitieron ofrecer un realismo nunca visto en las imágenes.
Quien quiera pasarse un rato entretenido, que busque otra cosa, pero los buenos aficionados no deberían perderse esta película que, ya digo, por encima de otras cosas es puro arte, aunque desde luego, lo ideal es verla en pantalla grande, no fue lo mismo cuando la repasé en vídeo. Una delicia estética.

2 comentarios:

  1. Amigo, Kubrick es para mi uno de los grandes. Soy kubrickiano. Barry Lyndon es una de las películas más hermosas en mi universo fílmico personal. Entre La Naranja M y El resplandor, partiendo de una novelona de W Makepeace Thackeray, K. con mirada glacial, sin nada de complicidad, pero terriblemente crítica, propone la vida como una batalla perpetua. Recuerdo el rótulo final (Que no está en la novela) ...en el reinado de Jorge III cuando vivieron y se querellaron estos personajes. Buenos y malos, guapos y feos, ricos y pobres, hoy todos son iguales. Gracias por recordar a Kubrick (mis amigos me apodaron lolokucrick)

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  2. Esta peli se me quedó grabada cuando la vi en el cine.

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