sábado, 26 de diciembre de 2009

LA BEFANA

Los niños italianos y suizos son visitados en Navidad por un mítico personaje que les complace en relación a su comportamiento y buena conducta en el transcurso del año. Una bruja buena llamada Befana, que les da sus regalos. La Befana es vieja y fea, pero simpática, y cumple tanto en Italia como en algunas zonas de Suiza el papel de repartidora de regalos. Llega justo el día de los Reyes Magos, la noche de 5 al 6 de enero.

Según la tradición, los Reyes Magos preguntaron a una viejecita cuál era el camino para llegar a Belén, ella se lo indicó y le insistieron para que les acompañara, pero dijo que estaba muy ocupada y se quedó en casa, aunque más tarde se arrepintió, llenó su cesta con regalos y dulces y trató de alcanzar a los Reyes sin conseguirlo, deteniéndose por el camino en las casas dejando regalos, por si el Niño Jesús pasaba por allí. Los niños italianos cuelgan un calcetín y La Befana es la encargada de llenarlo. Ella sabe exactamente quiénes han sido buenos, y quiénes malos. Y como es tradicional en estos seres de la fantasía que parecieran haberse puesto de acuerdo, el calcetín de los niños que no se han portado bien, es llenado con sucio y negro carbón.
Para algunos es, como tantas otras, una tradición precristiana, relacionada con el inicio del nuevo año y que ha sido adoptada, en cierto, modo por la Iglesia.

Una versión muy parecida a la Befana es Babuschka (abuelita), que llega en Rusia el día de Navidad, que para ellos es del 7 al 19 de enero (según el calendario gregoriano). Ella tampoco acompañó a los Reyes Magos, así que todas las Navidades los busca, y en su camino deja regalos a los niños.

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