domingo, 6 de septiembre de 2009

EL OBISPO DE LOS POBRES

Contra costumbre, hace unos días hablaban en la tele de una persona de esas de las que, normalmente, ni se ocupan.

Juan José Aguirre Muñoz es un misionero comboniano que desarrolla su labor en la República Centroafricana desde hace más de 25 años. Es Obispo de Bangassou, como él dice allí ser obispo, es otra cosa. Su puerta está abierta día y noche, la puerta de la humilde casa donde vive y quien allí entra puede encontrar al obispo confesando, rezando o lavando los platos.

Aguirre iba para médico, pero sintió la llamada de Dios y lo dejó todo para, tras una estancia de dos años en Valencia, ser destinado al corazón de África con tan sólo 26 años. Allí sigue y según él, allí morirá.


La obligación de un sacerdote es lavar los pies de los pobres. Estar con los enfermos, sentarte con el que llora y hacer fácil la vida de la gente. Fuera de los pobres estás fuera del Evangelio.


Son palabras de este sacerdote cordobés que recuerda que al llegar a Bangassou le dijeron: Allí, bajo aquel árbol, esperan unas personas que le quieren saludar, pero no le de asco, ni miedo, son leprosos.

Juan José lucha cada día contra la miseria, el sida, las enfermedades, la pobreza, junto a los que considera como su gente.

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