martes, 1 de septiembre de 2009

"HAZAÑAS" DE GENTE NORMAL


Sentado en una terraza, tan a gusto, tomándome un café en la más grata de las compañías, oigo a mis espaldas la conversación que, en un tono de voz nada recatado, mantienen dos hombres que ya peinan canas y que están sentados junto a sus "respectivas".
Hubiera pasado bastante de lo que hablaban, si no fuera porque uno de ellos cuenta sus "aventuras" al volante, parece ser que ya le han quitado varios puntos y que tiene una buena colección de multas, la mayoría por dejar el coche mal aparcado.
Pensamiento que se me viene a la cabeza: Este tío, para que le pongan una multa por mal aparcamiento, es de los que deja el coche en cualquier sitio y se marcha sin ninguna prisa, sin consideración alguna por aquellos a los que puede molestar, pero es que según le oigo, tiene una pila de ellas, lo debe hacer sistemáticamente. En fin, pienso, un jeta.
Pero mira por dónde, el otro empieza a largar por esa boquita y cuenta varias "anécdotas" de multas por exceso de velocidad de cuando no existía el carnet por puntos. Ahora parece que se ha moderado, el otro día -sigue contando- venía de madrugada desde Burgos a Zamora con el coche casi recién estrenado y le dio por probar la velocidad que cogía el auto. ¿Crees que lo hizo aprovechando una recta? No, este tío cuando hace pruebas las hace en serio: Se recorrió el trayecto entre Valladolid y Tordesillas a 170 Km/h. ¡Toma prueba! Eso sí, como ahora está lo de los puntos y encima te cascan una pasta por cada kilómetro que te pasas de la raya, al llegar a Tordesillas, levantó el pie, por si había algún radar de esos que ponen sólo para sacar pasta y no pasó de 140. Realmente -argumenta el individuo- es una tontería que pongan límite de 120, porque a esas horas no hay nadie en la carretera.
Me quedé como un boxeador sonado. Dos tíos que no bajan de la cincuentena, que se creen que la calle está hecha sólo para ellos y los demás hemos venido a molestarles (agentes de tráfico incluídos) y que encima, y esto es lo que más me llamó la atención, contaban todo esto, con una voz neutra, sin especiales énfasis, como quien habla de lo que acaba de comprar en el super (estos no comprarán ahí por que son muy machotes para eso), o de la última peli que han visto en el cine. Para ellos saltarse las normas de tráfico es algo normal, cotidiano, porque están mal hechas y la razón les asiste.
¿Cuántos de estos hay sueltos? Me da pánico, ciudadanos normales y corrientes, padres de familia, trabajadores, gente con la que te cruzas por la calle y les cedes el paso por la acera. Verdaderos delincuentes enfundados en un envoltorio de persona sencilla.

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