Un grupo de alumnos deciden reunirse años después de acabar sus estudios. La presencia de Tom Lee (John Kerr) sorprende a sus compañeros, porque siempre fue un chico solitario, sensible, tímido y retraído, cuya falta de interés por las actividades masculinas del deporte, el montañismo y las chicas, se apartaban bastante de los gustos de sus compañeros. La única persona con la que se sentía a gusto era Laura Reynolds (Deborah Kerr), la mujer del profesor de deportes, Bill Reynolds (Leif Erickson), y ama de llaves de la residencia donde Tom se alojaba. Laura, percibiendo el sufrimiento de Tom a manos de sus compañeros (y de su marido), intenta ayudarlo a encontrarse a sí mismo.

Dirigida por Vincente Minnelli, el guion es de Robert Anderson, que adapta su propia obra teatral del mismo título, estrenada en 1953 y protagonizada por los tres principales actores que dieron vida a los personajes en el film. Más adelante, Joan Fontaine y Anthony Perkins, interpretaron también a Laura y Tom sobre las tablas de Broadway.
La adaptación requirió algunos cambios para adecuarse a la censura de Hollywood, principalmente al principio y al final. Al principio de la obra, el suceso que desencadena el bullying que sufre Tom es que lo pillan nadando desnudo con un profesor. El profesor es despedido y Tom se convierte en un supuesto homosexual, y cada una de sus acciones (su forma de caminar, su corte de pelo, la música que escucha) se utiliza como prueba adicional de su "desviación". En la película, el desencadenante es mucho menos obvio: Tom es visto una tarde cosiendo los botones de una camisa con Laura y otras mujeres mayores en la playa. Con ello no queda claro si Tom tiene inclinaciones homosexuales o no. De hecho, a lo largo del film, el espectador alberga la duda de si Tom tiene tendencias sexuales en un sentido u otro, o en ambos.
Minnelli ha transformado una obra que parece tratar sobre sexo en una sobre la identidad sexual y su relación con los códigos sociales. En la película, hay motivos para creer que Tom es gay, pero es igualmente probable que sea un chico heterosexual que sabe coser, cocinar y escuchar música clásica, o incluso un chico heterosexual al que no le gusta coser en absoluto, pero que lo aprendió de pequeño con la señora que le cuidaba, como él mismo confiesa. La cuestión es que ninguna de esas cosas prueban nada definitivo sobre Tom.
El final impuesto por la censura, tampoco aclara nada, ya que en los 50, estar casado dice muy poco sobre la orientación sexual y la relación con Laura resulta ambigua, puede verse como de amistad entre dos personas solitarias que necesitan con quien hablar.
Aunque es cierto que algunas percepciones sociales han ido evolucionando, hoy podría ser vista como la historia de una persona que, en lenguaje actual, podría ser considerada queer, ese tipo que por ser diferente, por no atender a los estándares, sufre el acoso y la discriminación del entorno más cercano.
Minnelli aborda el asunto con delicadeza y elegancia haciendo suya la historia a través de sugestivos movimientos de cámara y de una cuidada planificación y ayudado por unas buenas interpretaciones, en esta cinta que trata de romper tabúes en un momento de cambio en que la misma sociedad que refleja anda algo perdida por los cambios de costumbres.