Siempre añorando su amado París, el elegante y carismático gangster Pépé le Moko (Jean Gabin), lleva dos años escondido en la Casbah de Argel, ejecutando un continuo juego del ratón y el gato con el astuto inspector Slimane (Lucas Gridoux), esforzándose en ir siempre un paso por delante de la policía local que se muestra incapaz de atraparle en el impenetrable barrio argelino.
Un encuentro casual con la deslumbrante Gaby (Mireille Balin) dejará al descubierto el talón de Aquiles del enamorado señor de la Casbah que se muestra ahora dispuesto a coquetear con la muerte solo para poder estar con ella.
La película adapta la novela del mismo título del detective y periodista francés Henri La Barthe que alcanzó la fama con la reedición de su novela tras el estreno de esta adaptación. El propio autor participa en el guión del film.
Al año siguiente, la industria de Hollywood hizo un remake de este film titulado "Argel", protagonizado por Charles Boyer. Lo curioso es que, al parecer, el productor Walter Wanger intentó destruír todas las copias de esta película. Como resulta obvio, por fortuna fracasó en su empeño.
Resulta llamativo observar el cuidado con que se reproducen algunas costumbres propias de la vida en el Norte de África de la época, representadas con todo detalle.
Aunque tiene imágenes de Argel, del puerto y la Casbah, con cierto valor documental, la mayor parte del film se rodó en decorados que reproducen maravillosamente rincones del típico barrio argelino, creados por el mítico diseñador húngaro Alexandre Trauner, que trabajaría años después, hasta en ocho ocasiones, con Billy Wilder, entre otras en El apartamento, en que utilizaría su famosa perspectiva forzada; por la película de Wilder recibiría un Oscar a la Mejor dirección artística.
Retornando a Pépé le Moko, estamos ante el retrato de un truhan de esos que van derritiendo corazones femeninos y ganándose el respeto, incluso de sus rivales, siempre con la sonrisa en la boca para sus amigos y la navaja dispuesta para sus enemigos.
El argumento policiaco es sencillo y lo que destaca es la historia de amor del protagonista, pero no con ninguna mujer, sino con la ciudad de París a la que adora como a ninguna de sus amantes. La Casbah le ahoga porque allí no puede oler a croissants, pasear por Montmartre o viajar en el metro, sin ellos, la vida no merece la pena y su enamoramiento de Gaby es una mera circunstancia, ella es parisina, como él y junto a ella puede hablar de los lugares conocidos y añorados, eso, más que su deslumbrante belleza, es lo que le acerca a la chica.
Con un gran Jean Gabin, secundado por un elenco que consigue buenas interpretaciones del variopinto grupo de personajes que rodean al encantador ladrón, el film se convirtió en un gran éxito en Francia inmediatamente después su estreno, donde continúa siendo tenido por uno de los grandes referentes de su cinematografía.
Hola Trecce!
ResponderEliminarUna delicia de película, magistralmente rodada y con unos decorados que como bien dices obran esa magia del cine. Sin entrar en detalles ni desvelar nada, pocos finales me han impresionado tanto como este.
Saludos!
Sí, es de esos que permanecen en el recuerdo.
EliminarTítulo mítico del cine francés. Junto con su remake americano, que ya mencionas, conforma un imaginario que cristalizaría en la no menos legendaria "Casablanca" (1942).
ResponderEliminarTodo un clásico.
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