sábado, 25 de septiembre de 2021

COMANDO EN EL DESIERTO

 


El capitán Alex Foster (Richard Burton) es un oficial de inteligencia británico elegido para liderar un atrevido ataque contra las defensas costeras alemanas en Tobruk. Al infiltrarse en un convoy alemán que conduce prisioneros de guerra, Foster descubre que la mayoría del comando con quien debía reunirse, ha sido eliminado y que los prisioneros a quienes custodian pertenecen a una unidad británica de sanidad militar dirigida por un cuáquero objetor de conciencia. Con la ayuda de MacKenzie (John Colicos), uno de los comandos supervivientes, Foster convierte al grupo heterogéneo de prisioneros en una fuerza de combate que tendrá un encuentro inesperado con el mismísimo Zorro del Desierto, el mariscal de campo Erwin Rommel (Wolfgang Preiss).


La película tiene unas cuantas cosas de esas que sonrojan porque denotan un guión flojucho y en el que parece no se esforzaron demasiado, quizá la más llamativa, que no la única, es la inclusión en la historia de una mujer (interpretada por la actriz francesa Danielle De Metz), supuesta amante de un general italiano, que no pinta absolutamente nada en el film. 
Otra de las cosas llamativas es la inclusión de muchas imágenes (no estamos hablando de fotogramas sueltos, sino de largas secuencias) de la película de 1967, Tobruk, hasta tal punto se utilizan y está claro que estaba previsto hacerlo, que Richard Burton aparece teñido de rubio para que en las tomas lejanas pase por el personaje que interpreta en Tobruk George Peppard
Y para acabar de rematarlo, los alemanes parecen tontos de cintura para arriba e idiotas de cintura para abajo, el capitán Foster les engaña con más facilidad que un trilero de feria y, por si fuera poco que lo hiciera con simples combatientes, lo hace con el propio Rommel. Un despropósito absoluto.


Película mediocre, y lo digo por el respeto que me merece toda creación artística, porque, como digo siempre: ponte tú a hacerlo a ver lo que te sale; pero me consta que, en general, los calificativos, no son tan benévolos. 
Entonces (1971), lo del teletrabajo estaba por llegar, pero si hubiera sido ahora, un director como Henry Hathaway, podría haber hecho esta película perfectamente desde su casa.




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