lunes, 9 de marzo de 2020

MUÑECOS INFERNALES

Tras pasar diecisiete años en la prisión de la Isla del Diablo, condenado injustamente, al haber sido acusado de robo por sus socios, un delito que nunca cometió, el antes respetado banquero Paul Lavond (Lionel Barrymore), consigue huir del penal con su amigo, el científico lunático Marcel (Henry B. Walthall), que está investigando junto a su esposa Malita (Rafaela Ottiano) la forma de reducir de tamaño a los seres humanos. Según sus teorías, reducir el tamaño de los hombres hasta una sexta parte solucionaría muchos problemas al planeta, al necesitar únicamente la parte correspondiente para sobrevivir y consumir, de este modo, menos recursos naturales.
Muerto Marcel de forma repentina por un ataque al corazón, Malita convence al amigo de su esposo fallecido para que la ayude con el experimento.
Para evitar ser descubierto, Lavond se disfraza de anciana, haciéndose pasar por una tal Madame Mandlip , ya que sus antiguos socios, asustados con la noticia de su fuga, han ofrecido una fuerte recompensa por su captura, y abre, junto a Malita, una tienda de juguetes en París.
Lavond, amparado en su disfraz, visita a su hija Lorreine (Maureen O'Sullivan) que en realidad odia a su padre por todo lo que les ha hecho pasar, pues su madre acabó suicidándose y ella malvive de un penoso trabajo en una lavandería y como chica de alterne en un local nocturno.
El antiguo banquero traza un plan para vengarse de quienes lo enviaron a prisión y reivindicar la limpieza de su apellido, para que su hija no tenga que avergonzarse de él. Cuando sus objetivos se hagan realidad, pretende dejar de lado todo el asunto del experimento, pero Malita tiene otros planes bien diferentes.


El guion viene firmado por el grandísimo Eric von Stroheim, junto a Garret Fort y Guy Endore, basado en una historia del director, Tod Browning, sobre la novela Arde, bruja arde, de Abraham Merrit, uno de los grandes maestros y pionero del género fantástico del siglo XX.


Curiosa mezcla de géneros en que se amalgaman la historia de un fugado de presidio, junto al cine fantástico con unas pequeñas dosis de terror. En apenas 80 minutos, Tod Browning desarrolla un argumento atractivo para el espectador partiendo de las investigaciones de un científico lunático y su esposa, no menos perturbada (llamativas las expresiones de chiflada y paranoica de Rafaela Ottiano interpretando a Malita, con esos ojos que parece se van a salir de sus óbitas) que fundan sus investigaciones en un asunto que trata problemas a los que se adelanta en el tiempo, como son los derivados de la superpoblación. El film mezcla bastante bien este asunto fantástico de seres reducidos artificialmente, con la historia de venganza de Lavond, magníficamente interpretado por Lionle Barrymore en su doble papel de banquero venido a menos y la inquietante viejecita Madame Mandlip .
Son muy llamativos los efectos especiales para hacer interactuar a los seres empequeñecidos en un entorno de tamaño real teniendo en cuenta la época en que se rodó el film (1936) y el que suponemos sería ridículo presupuesto si nos fiamos de la ambientación de la película.
Una pequeña joya del cine fantástico que sorprenderá agradablemente a quien no la haya visto y que, junto a otras de la época y algunas anteriores, contribuyó a sentar las bases del género.




2 comentarios:

  1. Un interesante argumento, venganza con un método extravagante.
    ¿Es casual ese nombre, Malita? Porque el parece que el personaje lo tiene bien puesto.

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    1. Pensemos que es una película norteamericana y aunque allí utilizan palabras y nombres de origen español, su cultura es la anglosajona, y no sé exactamente de dónde tomaron el nombre, así que no sabría decirte.

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