miércoles, 23 de octubre de 2019

MEMORIES OF MURDER (CRÓNICA DE UN ASESINO EN SERIE)

Corea del Sur 1986, durante la época de la dictadura militar. Una joven aparece brutalmente asesinada y violada en una acequia, el asesino parece que ha seguido una especie de ritual, la muchacha está atada de pies y manos con nudos hechos de determinada manera y aparece amordazada y con sus bragas cubriéndole la cabeza. En los meses siguientes se producen otros asesinatos que siguen el mismo patrón, todos ellos en días de lluvia y con la víctima encontrada en situación casi idéntica a las anteriores. No hay pistas fiables y el detective local Park Doo-man (Kang-ho Song), asignado al caso, no sabe muy bien por dónde empezar si no es siguiendo su intuición. Por un comentario que le hace su compañera sentimental, detienen a un sospechoso, un muchacho con la cara deformada y que padece una deficiencia intelectual. Al parecer, el chico fue visto siguiendo a una de las víctimas en varias ocasiones. Aunque se declara inocente, al relatar cómo fue atada y estrangulada la joven, con detalles que solo conoce la policía, es sometido a una brutal paliza y acaba confesándose autor del asesinato.
Sin embargo, el detective de Seúl, Seo Tae-yoon (Sang-kyung Kim), que ha llegado desde la capital para colaborar en la investigación, desmonta las pruebas que incriminan al sospechoso al darse cuenta que con sus dedos parcialmente atrofiados, con lo que apenas puede manejar los palillos para comer, no puede haber sido capaz de realizar los sofisticados nudos con que son atadas las víctimas. Así lo ve también el fiscal que ordena la libertad del sospechoso.
Otros posibles autores van apareciendo, pero siempre hay algo que no cuadra bien para que puedan ser acusados con certeza. La investigación continúa, pero los detectives están cada vez más desesperanzados.


La película se basa en una serie de asesinatos cometidos en los años ochenta en la provincia coreana de Hwaeseong que jamás fueron resueltos.
Hace bien poco, el 18 de septiembre de 2019, la policía coreana informó que habían identificado a un sospechoso que podría ser el autor de los crímenes, pues su ADN, coincidía con el hallado en la escena de dos de los crímenes. Este hombre, Lee Chun-jae, cumple condena de cadena perpetua por el asesinato de su cuñada en 1994. Sin embargo, a pesar de haberse declarado culpable de los diez asesinatos, es poco probable que sea juzgado por esos crímenes, al existir en el país un límite de 15 años para la prescripción de este tipo de delitos y haberse producido el último en 1991.


Película diferente en el tratamiento que ofrece de una investigación criminal. Aquí no hay detectives superinteligentes que de una prueba nimia sacan todo un arsenal de motivos que les llevan al sospechoso. Nos hallamos ante gente normal, más bien bastante ruines en algunos aspectos, auténticos antihéroes que, en un momento dado, no dudan en darle una buena paliza al sospechoso, o en fabricar pruebas falsas para poder cerrar un caso que se les pone complicado.
Resulta muy curiosa de seguir la evolución de los personajes, sobre todo del joven detective de la capital que, poco a poco, va siendo consciente de que los métodos aprendidos en la academia, no siempre sirven la vida real. Primero son las chanzas de los detectives locales, sobre su modo de actuar, le tachan de listillo, pero él mismo acaba cayendo en los métodos poco ortodoxos que utilizan sus compañeros cuando ve que la investigación se estanca y no puede sacarse de la cabeza los nuevos cadáveres que van apareciendo.
La película ofrece también un retrato de la sociedad coreana del momento en una pequeña ciudad rural, en la que algunos de sus ciudadanos comienzan a dejar su rutina de toda la vida para caer en otra no siempre mejor como es la de incorporarse al mundo industrial en una gran fábrica de la localidad. La policía trabaja de manera desorganizada y con escasos medios y la vida de la gente se desarrolla en ambientes que nos muestran una sociedad que apenas sale de la pobreza para irse incorporando con gran esfuerzo a la modernidad que parece que tocan con la punta de los dedos, pero aún queda muy lejos.
Todo ello acompañado de una espléndida fotografía y de unos actores bien dirigidos y con unas interpretaciones totalmente creíbles, muy naturales y cercanas. Escenas impactantes en las que no se renuncia a narrarnos los métodos expeditivos, cuando no violentos de la policía y la brutalidad del asesino, pero sin necesidad de continúas imágenes explícitas, sino con cuatro apuntes de ella y sugiriéndola en la mayoría de los casos, suficiente para que el espectador sienta cercano el miedo y la sospecha constante.
Un film que es toda una sorpresa agradable por lo bien hecho, dirigido e interpretado que está y por salirse de lo habitual, aún sin faltarle ninguno de los ingredientes típicos del género.




2 comentarios:

  1. me gustó eso de que los buenos no son tan buenos sino gente mas normal... pero no se si está bueno para una película, uno va a ver algo más no? no lo sé, saludos...

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    1. Pues no lo sé, porque a veces resulta empalagoso lo inteligentes y listos que son los investigadores.
      Como siempre, depende de cómo esté hecha la película y pienso que ésta, está muy bien.

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