Enrique Brasó sigue el esquema que marcó Truffaut en su famosa entrevista a Alfred Hitchcock, que se convirtió en libro.
Fernán Gómez habla de su dilatada experiencia como actor, director, escritor y guionista y, aunque también lo fue de teatro, aquí se centra en su carrera cinematográfica. Es claro que el protagonista de la entrevista es historia del género en España y este recorrido personal, se convierte en una panorámica del cine español de la segunda mitad del siglo pasado, prácticamente desde el final de la Guerra Civil.
Fernán Gómez hace gala de sinceridad y no se marca tantos a los que tan proclives resultan otros intelectuales de la época, que parece que siempre mantuvieron una lucha abierta con el sistema y enfrentados con el Régimen político y, desde luego, no le importa reconocer con naturalidad los fracasos que jalonaron su carrera y que se alternan con películas que obtuvieron el reconocimiento del público y la crítica y que todos recordamos.
Un libro magníficamente editado por Espasa, con muchas fotografías y en el que el aficionado ve desfilar a gran parte quienes fueron protagonistas de nuestro cine en esos años, en las diversas facetas del mismo.
A mí me gustaban mucho las interpretaciones de este gran maestro. Aunque por lo visto, de simpático tenía más bien poco.
ResponderEliminarAbrazo Trecce.
Él dice que era un arma de autodefensa contra las personas que le atosigaban, aunque no tiene reparo en señalar que es probable que su carácter sea poco simpático puesto que tanta gente lo dice.
EliminarUn libro interesante, y de alguna manera único por lo poco proclive que era Fernán-Gómez a las entrevistas. Me tengo que hacer con él.
ResponderEliminarAdemás de hablar de algunos entresijos de sus películas, está lejos de la autocomplacencia, frases como "...a mí me gustó cómo había quedado, pero nadie fue a verla", referidas a alguna de sus películas, se repiten a lo largo del libro.
EliminarY otra cosa que me ha gustado es que no rehuye hablar de su amistad con Sáenz de Heredia, señalar que jamás rechazó ningún papel de los que le ofrecieron más que cuando le era imposible aceptarlo por causas de trabajo, o que sus películas no estaban concebidas como críticas políticas, entre otras cosas, porque no se atrevió nunca a hacerlo.
Hubiera sido fácil apuntarse a la lista de "demócratas de toda la vida", pero no lo hace.
A mi entender era un hombre libre y honesto. Y muy valioso en su esfera artistíca-intelectual. Uno de los pocos de ese mundo con auténtica cultura.
ResponderEliminarLo del genio (bueno o malo) entra dentro de lo que es el sentido personal de la independencia. También decian que Baroja era un gruñón y los que lo trataron más a fondo lo consideraban entrañable y afectuoso.
Y sucedíó lo mismo con el escultor genial Jorge Oteiza.
Esto parecer ser lo que le ocurría a este hombre que, depende quién hable de él, así te dice una cosa u otra sobre su carácter.
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