lunes, 9 de septiembre de 2013

LA HISTORIA MAS GRANDE JAMÁS CONTADA


En el pueblecito de Belén, nace un niño al que sus padres impondrán el nombre de Jesús.
Unos magos llegan desde lejanas tierras de oriente en busca de la criatura, hasta allí les ha llevado una estrella. Antes de llegar a Belén, los magos hacen un alto en la corte del Rey Herodes (Claude Rains), quien se interesa por la profecía que anuncia que un niño nacerá en Belén y llegará a ser el más grande de todos los reyes, anuncio que interpreta al pie de la letra y pide a los magos que a su regreso le informen de lo que encuentren, no obstante, éstos harán el camino de regreso por otro lugar. Herodes, en prevención de que la profecía llegue a cumplirse, ordena la muerte de todos los menores nacidos en Belén.
La familia de Jesús escapa a Egipto a tiempo de evitar la muerte del pequeño.
 



La historia de Jesús de Nazaret (Max von Sydow) que narra el Nuevo Testamento, es de sobra conocida, al menos en el mundo occidental en el que vivimos, ese es el tema elegido por los autores del film con la pretensión de hacer la magna obra que nunca se había hecho. Se ve que pusieron empeño en ello, cuidando detalles y sin escatimar medios, pero no logran su objetivo ni de lejos, al final nos quedamos con una película que carece de fuerza narrativa por momentos y si la tiene es porque los pasajes de la vida de Jesús la tienen por sí mismos, muchas de las frases y situaciones que contienen las Sagradas Escrituras, son imperecederos y creencias aparte, nadie puede negar que el mensaje de Jesús es universal y de una fuerza arrolladora.



Plagada de nombres famosos, sin embargo la peli no engaña en ese aspecto y quizá este hecho se convierte en un handicap, muchos de ellos tienen una presencia menos que testimonial, con un John Wayne, por ejemplo, que aparece casi al fondo del plano, difuminado el rostro bajo un casco de centurión romano, con una sóla frase, aquella famosa de "En verdad este era el Hijo de Dios" y así la mayoría de ellos, de forma que se convierte en una especie de divertimento para el aficionado ir reconociendo en los actores que van apareciendo a lo largo del film, los nombres que hemos visto anunciados en el cartel.
Me pareció acertada la elección de Von Sydow para el papel de Jesús, su rostro inquietante le va bien al papel. A destacar la actuación de Charlton Heston, como Juan Bautista, personaje al que logra transmitir la fuerza suficiente para llenar la pantalla durante los primeros minutos del film.



La música de Alfred Newman, adecuada, sin ser nada del otro mundo y en los pasajes en los que se hace más sublime es porque suena el "Aleluya" de Händel.
Magníficas las imágenes de paisajes, muy bonitas y muy cuidada ambientación, con unos decorados majestuosos, sobre todo la recreación de Jerusalem y unas escenas de masas muy bien planificadas.



La película se queda en buenos deseos y una impecable factura técnica, pero es una ocasión perdida para transmitir toda la fuerza de la vida del personaje central. Los pasajes de la existencia terrena de Cristo, en algunos momentos son una concatenación de planos en los que se trata de meter tanto que aquello resulta atropellado, al igual que algunas de las frases que transcribe del Nuevo Testamento, que son hiladas de tal manera que la impresión es que se trata de que las digan como sea, pero que se digan, perdiendo buena parte de la fuerza que tienen.
Una curiosidad que no puedo sustraerme de dejar aquí, Telly Savalas, que representa el papel de Poncio Pilatos, se afeitó la cabeza para su actuación, bueno, lo que le quedaba de pelo, porque ya estaba bastante calvo, el caso es que con ese look recién adquirido, fue con el que se quedó en adelante.
 







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