lunes, 14 de octubre de 2024

LA MUJER DEL AVIADOR

 


François (Philippe Marlaud), un joven que, mientras prepara oposiciones, trabaja de noche, sospecha que su novia, Anne (Marie Rivière), se está viendo con otro hombre, su antiguo amante. A partir de ese momento empieza a seguir al "supuesto" amante, un aviador al que encuentra con otra mujer. Durante su espionaje, François conoce a la joven Lucie (Anne-Laure Meury), de 15 años, que ese día ha faltado al colegio y fascinada por la historia de François, le ayudará a encontrar una explicación a esta confusa situación.


La historia, que tiene un leve toque de intriga, se enreda por mor de las elucubraciones que el protagonista y la joven que se involucra con él en aclararla (encantadora Anne-Laure Meury). Pero no es sino una excusa para que Éric Rohmer nos exponga sus inquietudes sobre el amor, las relaciones de pareja e incluso las dificultades que surgen en la vida diaria de cualquiera. 
El guion parte del relato de propio Rohmer “Es mejor no pensar en nada”, escrito en 1946 y las interpretaciones tan naturales y espontáneas y los fluidos diálogos, con más fondo de lo que a primera vista pudiera parecer, ayudan a que el espectador se olvide de que está viendo una historia filmada, es como si la cámara no existiera y estuviéramos allí mismo asistiendo, como figurantes ocasionales, a algo que se desarrolla a nuestro lado.


El maestro francés ambienta el film en un París absolutamente distante de las imágenes de postal habituales, con calles y parques recónditos, llenos de luz y vida que nos trasladan a un entrono menos conocidos, con una belleza más cercana y natural. 
Quizá no sea uno de los títulos más celebrados de Rohmer, pero aquí se halla toda la esencia de su cine.




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