jueves, 21 de octubre de 2010

LOS PÁJAROS

En los actuales momentos, al menos en algunas de nuestras ciudades, ciertas aves son un incordio. Las palomas constituyen casi una plaga y las cigüeñas no sólo no se marchan, sino que en algunos lugares proliferan y sus nidos inmensos y muy pesados, suponen un peligro para la integridad de algunos edificios. No hablemos de pasados episodios que en cualquier momento pueden repetirse, como la gripe aviar.
Todas estas "molestias" que nos causan los plumíferos, son debidas, en mayor o menor medida, a la intervención humana, generamos tanta porquería que estos bichejos tienen asegurado el sustento y sacan adelante su prole anual sin el menor esfuerzo.
Sin embargo, en la época en la que se estrenó este clásico entre los clásicos (1963), esto no era así, a las palomas se les echaba miguitas de pan sin que nadie viniera a reprenderte, las cigüeñas eran una bendición a la hora de eliminar insectos, marcando con sus migraciones las épocas de frío y calor y las gallinitas campaban a sus anchas por la calle o en los corrales, con sus polluelos detrás, sin que el ser humano hubiera de temer enfermedades a la hora de comerse un buen guiso de pollo.



¿Era Hitchcock un visionario? ¿Se adelantó a su tiempo proponiendo que el peligro nos venía del cielo?
Rotundamente no, entre otras cosas porque la idea está tomada de un relato de Daphne Du Maurier (la de Rebecca), bien que de él sólo queda en la película que los pájaros atacan a una pequeña comunidad de personas.
Además, yo pienso que se fijó precísamente en los pájaros porque pocos animales hay que conciten simpatías (o al menos falta de temor) más generalizadas. Las aves, en general nos traen a la cabeza imágenes de amor, de paz, de libertad... Al menos así era antes de este film, porque si algo consigue Hitch es meternos el miedo en el cuerpo.


Lo que se presenta como una comedia romántica, de la que esperamos algún enredo cuando la protagonista decide regalarle al galán unos periquitos (en realidad, en el original, una pareja de "lovebirds", nombre cuyo doble sentido en la peli, pierde todo significado con el doblaje), con cierto ánimo de gastarle una broma, gira de repente hacia una película de terror, al menos eso que llamábamos de pequeños una "peli de miedo", todo ello a partir del picotazo de una gaviota que hace algo más que despeinar a Tippi Hedren.


Es claro, al menos para mí lo es, que buena parte del éxito de este film viene de la originalidad de su planteamiento, como dijo el propio director, "...está interpretada por pájaros y algún humano". Pero está claro también que algo más ha de haber, todos recordamos felices ideas desgraciadamente malogradas.
Ese algo más es, en primer lugar, el propio director, ya entonces plénamente consagrado y con el don de hacer arte de casi cualquier cosa, porque si nos paramos a pensarlo, la peli es una sucesión de incongruencias que no se las cree nadie. A mí me recuerda a esas películas de terror típicas de serie B, en las que los más variados animalillos, desde las recurrentes arañas a otros menos asiduos, se enseñorean de una ciudad o del planeta entero, sembrando el caos, hasta que alguien toma las riendas o da con el arma para acabar con ellas (sonidos, agua, fuego...)
¿Entonces, por qué en esta ocasión estamos ante una de las películas más recordadas de todos los tiempos y no ante una de tantas?
Ya digo: La dirige Hitchcock. Y eso implica que esas escenas absurdas, debido al tratamiento que él les da, se conviertan en magistrales.


Alguien (no apunté el nombre cuando lo lei y se me ha olvidado), hizo un experimento con esta peli: Quitarle los pájaros y dejar el resto. ¿Qué ocurría? Que la sensación de pánico que transmitían los actores, era la misma, o muy parecida. Eso requiere un trabajo interpretativo descomunal, esas cosas son las que consigue el maestro en todos y cada uno de los ámbitos de sus películas.
La película no tiene música, se basa en sonidos tomados del natural o recreados imitando lo que podemos oír por la calle o en el campo y, sin embargo, su banda sonora, basada prácticamente en los graznidos de los pájaros y los silencios, que subrayan el peligro y aumentan la sensación de suspense, cobran especial importancia, también los tiene bien medidos el director.
La puesta en escena es maravillosa y los efectos especiales se ven incluso con ternura.


Algunas escenas de la película, han sido imitadas, recreadas, caricaturizadas, homenajeadas hasta la saciedad. La carrera de los niños huyendo de la escuela, las aves abarrotando las instalaciones del parque infantil o los cables del tendido eléctrico, se han repetido hasta la saciedad, incluso para mofarse de ellas.
No digamos las interpretaciones que se le han dado, porque como Hitchcock no nos explica por qué atacan los pájaros, hay suposiciones para todos los gustos.
Lo que también es sorprendente, es el final de la peli, yo me sonrío cuando la veo junto a alguien que no la ha visto nunca, se quedan con cara de "¡Ya se acabó!, ¡Pues no lo entiendo!" Es como si el autor se hubiera cansado del film y cortara de un modo un tanto apresurado.
Hay que señalar que, al parecer, ese no era el final que le hubiera gustado a Hitchcock, tenía pensado (y planificado) algo más efectista y más redondo, pero se pasó de presupuesto. Sí, a los dioses también les cierran el grifo los productores, por si sirve de consuelo a alguien que esté empezando.


Mi recomendación es que no tratéis de entender nada, ni por qué atacan los pájaros, ni por qué la mamá de Rod Taylor es tan rara, ni por qué la maestra se queda en Bahía Bodega, para estar cerca de un hombre que no la hace ni caso.
Dejaos llevar por la peli, por esa forma de hacer de Hitchcock, que sin sobresaltos, a través del suspense, de la sensación de agobio, hace que nos olvidemos de lo inverosimil de la situación y nos entre el desasosiego.


4 comentarios:

  1. The birds está en esos confines penumbrosos del genero.No hay ciencia ficción, si una desquiciada razonabilidad. No podemos ponerle etiqueta. Yo siempre la agrupé con A clockwork orange,Je t´aime, je t´aime, The war game, La jetée, Black monn, Stalke, Fata Morgana y algunas otras que dejo en el tintero para no ser pedante. Me gusta verla cada cinco o seis años, por ver a la suegra de Banderas, más que nada. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Y lo mal que lo pasó la pobre Tippi con el control que ejecía sobre ella Hitch. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Esta película (además de gustarme una barbaridad) tiene algunas escenas (la del cadáver que descubren sin ojos, el ataque a Tippi en la cabina, o en el desván) que forman parte de las secuencias culpables de pasarme la noche sin pegar ojo en mi infancia; y de amar al cine sobre todas las cosas.

    ResponderEliminar
  4. Sí, cuando la ve uno de crío, da miedo.

    ResponderEliminar