LA LLAVE DE CRISTAL

 

Paul Madvig (Brian Donlevy), un mafioso con gran poder en el comité electoral, decide dar su apoyo en las próximas elecciones a gobernador al político reformista Ralph Henry (Moroni Olsen), una actitud mal vista por su rival en el mundo del hampa Nick Varna (Joseph Calleia), ya que Henry lleva en su programa acabar con los juegos de azar, base del negocio de varios jefes mafiosos. Asimismo,  Ed Beaumont (Alan Ladd), mano derecha y principal asesor de Madvig, considera la decisión inoportuna y arriesgada, ya que piensa que su jefe la ha tomado por haberse enamorado de la hija de Henry, Janet (Veronica Lake).

Cuando el hijo de Ralph, Taylor Henry (Richard Denning), un jugador y amante de la hermana de Paul, Opal (Bonita Granville), es asesinado, Nick aprovecha la difícil situación financiera de The Observer para obligar al editor Clyde Matthews (Arthur Loft) a utilizar el periódico para levantar la sospecha de que Paul Madvig podría haber matado a Taylor.

El guion adapta la novela del mismo título de Dashiell Hammett, publicada en 1931. 

Segunda adaptación a la gran pantalla tras la versión de 1935 dirigida por Frank Tuttle.

Combinación de drama, historia romántica, suspense y cine negro que trata de aprovechar el éxito de la pareja de moda (Alan Ladd y Veronica Lake), tras el éxito obtenido en su anterior película juntos El cuervo. Aunque la historia resulta entretenida, parece que avanza un poco a trompicones, no se si debido al montaje o al poco manejo a la hora de hacer evolucionar a los personajes, pese a algunos buenos diálogos tomados de la novela de Hammett. 

Trata asuntos como la amistad, la lealtad o la traición y pretende ser una crítica a la connivencia entre la mafia, la política y la prensa, aunque lo hace de una manera equívoca al hacer un elogio solapado de unos personajes que se mueven en medio de la corrupción y tratan de sacar provecho de ella. Eso sí, todo dentro de una estética muy noir, con mujeres fatales, matones, palizas, personajes abyectos y diálogos mordaces.