Patty Palmer (Melanie Griffith) y Drake Goodman (Matthew Modine), una joven pareja de San Francisco, deciden comenzar a vivir juntos y compran una gran casa en Pacific Heights. Necesitados de dinero para poder pagarla deciden alquilar el apartamento que hay en la planta baja a los Watanabe, sin que ello supongo mayores incidentes. En la misma planta hay también un estudio que alquilan a Carter Hayes (Michael Keaton) un hombre de apariencia casi perfecta: elegante, educado y con dinero. Y entonces comienzan sus problemas, porque su inquilino no está dispuesto ni a pagar el alquiler ni tampoco a marcharse. Sus planes son otros: aprovecharse de que la ley está de su parte para provocar a los propietarios del modo más retorcido y cruel, a la espera de que su reacción sea constitutiva de delito.
Carter Hayes es un parásito social que utiliza su inteligencia para aprovechar las debilidades del sistema y tratar de vivir a costa de los demás. Los problemas que su modo de vida ocasiona al prójimo forman parte del negocio, no lo hace por maldad, aunque sus actos son malvados y retorcidos, sino por ese afán de vivir de lo que a otros les cuesta trabajo y esfuerzo.
La historia que plantea el film es de esas que nos hacen albergar la duda de si las leyes están hechas para protegernos o para que oportunistas como Hayes, saquen partido de ellas.
Con una buena interpretación de Michael Keaton, la película nos adentra en una espiral delirante de situaciones que van minando la estabilidad de la pareja llevándolos a extremos emocionales insostenibles en los que el desamparo que sienten va creciendo a medida que caen en las trampas que tiende el villano. Una historia bien llevada en general, si bien en ella hay una mezcla de giros conseguidos y otros no tanto, pero que, en cualquier caso, mantiene la atención del espectador a base de tensar la situación creada por un malvado que se cuela en la vida de personas normales que se ven desamparadas y a merced de las argucias de un tipo que domina el medio y saca partido de la debilidad de los demás.
No es el mejor trabajo de John Schlesinger pero resulta muy entretenida.
ResponderEliminarEn algunos momentos, pierde algo de imaginación.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarLa vi hace tantos años que a penas la recuerdo. (Me estoy haciendo mayor)
Saludos!
Algo así me ocurría a mi, había cosas que no recordaba.
EliminarHecha la ley, hecha la trampa.
ResponderEliminarAlgunos se las saben todas.
EliminarMuy buen thiller, un poco olvidado a día de hoy. Se echan de menos este tipo de producciones de medio presupuesto de grandes estudios, rodadas con oficio (ésta por John Schlesinger casi nada) y con un reparto tan bueno.
ResponderEliminarFeliz año!
Lo cierto es que resulta entretenida.
EliminarFeliz año para ti también.