lunes, 4 de noviembre de 2013

EN BUSCA DEL FUEGO

La acción nos sitúa hace 80.000 años. El hombre primitivo conoce el fuego, pero no sabe cómo crearlo, aprovecha el que encuentra producido por causas naturales y lo guarda como un tesoro, pues le permite cocinar los alimentos, calentarse para protegerse de los intensos fríos y mantener a raya a los animales que le atacan, su pérdida significa casi un desastre para el clan.
Un grupo de estos hominidos, se ve atacado por otros de otra especie diferente, que les arrebatan el fuego, mientras ellos huyen y se refugian en una zona lacustre. Deciden enviar a tres de sus jóvenes guerreros en busca del fuego perdido.
La secuencia de paisajes nos indica que los tres van viajando hacia zonas más cálidas donde se sucederán algunas aventuras que, no sólo les permitirán recuperar el fuego, sino que cambiarán la vida de su tribu.



Uno de los pocos films ambientados en la época prehistórica y, para algunos, el mejor por la seriedad documental con que están tratados los asuntos que nos traslada y por el nivel cinematográfico del mismo.


Quien conozca la trayectoria de Jean-Jacques Annaud, sabe lo concienzudo de su trabajo de documentación, en esta ocasión, contó con un grupo de estudiosos, paleontólogos, arqueólogos y otros especialistas que le ayudaron a configurar y corregir lo que estaba haciendo. El lenguaje que emplean los hombres fue creado específicamente para el film por Anthony Burgess y los movimientos y gestos por Desmond Morris, autor de obras de divulgación tan conocidas como El mono desnudo.


Con una excelente caracterización de los intérpretes y un guión que no necesita para nada lenguaje oral inteligible, la película es un prodigio de narración cinematográfica, apoyándose para ello en los gestos de los actores y en los recursos visuales. Por ejemplo, en la divertida escena en la que son atacados por los dientes de sable y se refugian trepando a un árbol, la medida del tiempo nos la dan las hojas de sus ramas, que en una de las secuencias, han desaparecido por completo.


La fotografía, de Claude Agostini, sabe sacar partido de los maravillosos paisajes y además cuenta con una descriptiva banda sonora que lleva la firma de Philippe Sarde, con algunos momentos realmente emotivos.


La película nos traslada de maravilla las situaciones que relata el guión, el desamparo en el que se ven cuando el fuego se apaga; el aprendizaje a través del contacto con la tribu Ivaka, no sólo de habilidades, sino de conceptos; la manera de desenvolverse en el medio, a veces muy hostil...


Tomándose alguna que otra licencia sobre lo que los estudios científicos nos han transmitido de lo que pudo ser la vida de los primeros hombres, Annaud es capaz de transmitirnos en tan sólo hora y media una versión bastante ajustada, creíble y amena de lo que aquello fue o pudo ser. Una maravilla visual, con unos actores que realizan un gran trabajo y un guión que sabe alternar ciencia con espectáculo.
Al final, el film consigue que nos identifiquemos con nuestros cavernícolas antepasados, por más que al principio les veamos más cercanos a los simios que a nosotros, durante los noventa minutos que dura, hemos ido cobrando simpatía por aquellos casi salvajes, hemos compartido sus miedos e inseguridades y nos hemos alegrado del ingenio con el saben superar las adversidades. Somos nosotros mismos reviviendo las duras circunstancias en las que se desenvolvía el día a día de aquellos hombres y mujeres que lograron sobrevivir a la adversidad y nos legaron lo que de bueno o malo somos y tenemos.




10 comentarios:

  1. Los hombres de las cavernas demostraron ser ya sumamente inteligentes, pues subsistir con las dificultades que les rodeaban era de lo más difícil y lo lograron y nos transmitieron sus continuos descubrimientos. Uno de nosotros hoy día, puesto en aquellas condiciones, no se si seríamos capaces de sobrevivit

    ResponderEliminar
  2. La vi y me gustó. Me parece que está muy bien tratada.

    Saludos Trecce.

    ResponderEliminar
  3. Me gustó mucho, aunque mi favorita es la de Ayla y el oso cavernario.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es mala elección, aunque a mí me parece mejor esta. Pero ya sabes aquello de los gustos.

      Eliminar
  4. Uf, cuanto tiempo ha pasado desde que la vi. Y cuantos recuerdos me trae. Una obra de arte, sin duda.

    ResponderEliminar