miércoles, 6 de agosto de 2014

CHE: EL ARGENTINO

Tras el fallido asalto al Cuartel Moncada y después de permanecer 22 meses en prisión, Fidel Castro (Demian Bichir), se exilia en México donde contacta con otros miembros de la oposición cubana que pretenden derrocar al presidente Fulgencio Batista.
Junto a otros miembros del Movimiento 26 de Julio (M-26-7), que había fundado un año antes, el 25 de noviembre de 1956, se embarca en el yate Granma, que parte del puerto mexicano de Tuxpan, con destino a Cuba. Aunque el desembarco estaba previsto para el 30 de noviembre y debía ser apoyado por una insurreción desde Santiago de Cuba, tras una tormentosa travesía, no llegaron hasta dos días más tarde a los manglares de Playa Las Coloradas, municipio de Niquero (en aquella época Provincia de Oriente, hoy Provincia Granma).
Junto a Fidel se habían embarcado otros miembros del Movimiento 26 de Julio, entre ellos Raúl Castro (Rodrigo Santoro), Camilo Cienfuegos (Santiago Cabrera) o el último en incorporarse al grupo, un argentino llamado Ernesto Guevara (Benicio Del Toro), así hasta un total de 82, de los que sólo 12 llegarían con vida al día de la victoria.

 
El guión, de Peter Buchman se basa en los diarios que escribió el "Che" Guevara y se centra en el periodo correspondiente a la lucha de guerrillas en territorio cubano que llevó al poder a Fidel Castro tras la huida de Fulgencio Batista.

 
El film alterna dos periodos cronólogicos distintos, subrayados o diferenciados por el uso de diferentes cromatismos, lo que podríamos llamar el tiempo real de la narración, en color, que se refiere al avance de las tropas revolucionarias a través de Cuba en dirección a La Habana, con sus distintas vicisitudes, las dificultades iniciales, con los poco supervivientes del primer ataque sufrido tras el desembarco y la posterior incorporación de cientos de voluntarios, hasta el día de la victoria final y el comienzo del viaje del "Che" a La Habana.
El segundo periodo, futuro respecto del relato principal, recrea el famoso discurso de Ernesto Guevara ante la Asamblea General de la O.N.U. del 11 de diciembre de 1964, con algunas imágenes que rememoran la estancia del "Che" en Nueva York. Esta parte está rodada en blanco y negro y sus imágenes se intercalan a lo largo del film con el relato principal.

 
En realidad, el film de Steven Soderbergh, está concebido como una especie de biografía de Ernesto "Che" Guevara que dura 4 horas y media y así fue emitida en el Festival de Cannes de 2008, pero se decidió hacer una versión comercial, dividiendo el film en dos, esta primera parte, titulada "Che: El argentino" y una segunda, "Che: Guerrilla".

 
A la película se le han hecho las más variopintas acusaciones, desde poca profundidad, hasta que trata al "Che" con un cierto cariño que hace olvidar su faceta violenta.
Yo creo que Soderbergh ha tratado de tomar cierta distancia con los hechos y con el personaje, sobre todo se dedica a narrar y si algunos se quejan de que queda poco explicado cómo llegó el "Che" a tomar conciencia de la lucha revolucionaria, pienso que eso debe buscarse en otros ámbitos, pues la película lo que hace es tratar de despertar interés por este personaje y que quien quiera saber más sobre él, indague en la multitud de trabajos que sobre este personaje tan atractivo del periodo de las guerrillas latinoamericanas, se han hecho, pero puede haber mucha gente que con la semblanza que ofrece el film tenga suficiente.
Muy bien recreada toda la vida en los campamentos de los guerrilleros, sin entrar en demasiadas profundidades y un soberbio trabajo de caracterización en los actores principales, cuyas interpretaciones están a la altura, habiendo sido unánimente alabada la que realiza un magnífico Benicio del Toro, pero a mí también me ha gustado la de Demian Bichir que se nota que ha hecho un gran trabajo previo para dar vida a Fidel Castro del que ha tomado muchos de sus tics, sus inflexiones de voz y su manera de gesticular.
La película se hace amena, interesante y resulta muy dinámica.

 
 
 

2 comentarios:

  1. No soporto la glorificación de este asesino ¿alguien se imagina camisetas de Hitler...?

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  2. Quizá el mayor castigo que se haya podido hacer al "Che", ha sido que se haya popularizado esa imagen obtenida por Alberto Korda y que ya forma parte de la iconografía colectiva.
    Que un hombre, convencido anticapitalista, haya sido fagocitado por el sistema hasta el punto de convertirlo en un negocio, no deja de ser una muestra de la capacidad del sistema para acomodar la realidad a lo que le interesa.

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