lunes, 19 de septiembre de 2011

SIR FRANCIS BACON

La curiosidad es algo común a todas las especies animales, ya sabéis aquello de que la curiosidad mató al gato, pero en la especie humana ha contribuído a que esta avanzara de manera considerable, precisamente porque esa curiosidad ha llevado a algunos de nuestros congéneres a dar pasos que hubieran tardado mucho tiempo en darse por cauces normales.
Sin embargo, como en el dicho del gato, en ocasiones esta curiosidad ha llevado a más de uno a correr graves riesgos para su integridad física e incluso para su propia existencia.
Uno de estos casos fue el del filósofo y político británico Francis Bacon, quien un día de marzo de 1626, presenció cómo caía sobre Londres una copiosa tormenta de nieve. Empeñado en demostrar que la acción del frío podía contribuír al retraso en la descomposición de los alimentos, como lo hacía la sal, fue a comprar un pollo que, presumiblemente, destripó, enterrando el cadáver el la nieve y esperando a que, por su efecto se congelase.
Sin embargo, al pobre Bacon, que contaba a la sazón 65 años, el frío intenso le provocó un buen resfriado que se complicó con una neumonía. Unos días más tarde, el 9 de abril, moría víctima de la neumonía, sí, pero también de su curiosidad científica.


20 comentarios:

  1. Una historia muy interesante cuyo descubrimiento nos ha servido enormemente a la humanidad, aunque al pobre Bacon en este caso le costara cascarla. Saludos Trecce.

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  2. No sé si sirvió de mucho su experimento, Rafa, porque no me consta que nadie hiciera un seguimiento del pollo congelado, así que lo mismo murió para nada y fueron otros los que demostraron que congelando los alimentos se conservan más tiempo.

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    1. O murió (en realidad no sé si exista el para qué de la muerte), como mueren los seres humanos..

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  3. Hola Trece:
    Pues yo creo que fue el primero en este descubrimiento,no fue hasta finales del s.XVIII cuando se empezó a congelar en frigoríficos con la llegada de la electricidad.Bacon pagó con su vida y eso que no era científico,una paradoja.
    Las culturas nórdicas esto lo sabrían desde siempre,así conservaban las carnes y otros alimentos.Saludos Trece.

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  4. Sin duda a este pobre hombre le salió caro el descubrimiento.
    Si tiene esta historia será por algo digo yo.
    Eso si, si este hombre levantara la cabeza y viera como se congela los alimentos y para que sirve el nitrógeno no se lo creería.
    Saludos cordiales Trecce.

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  5. Muy cierto Claudia, en el norte eso sabían de siempre.

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  6. E.P.: No se creería tantas cosas que hay ahora. Un saludo.

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  7. Hay descubrimientos y hallazgos que se pagan muy, pero que muy caros...
    Saludos.

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  8. Y sin embargo es gracias a esta sana curiosidad que tienen algunos y que les lleva a ser descuidados con las posibles consecuencias, lo que nos hace progresar.

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  9. Y sin embargo, hoy en día, los filósofos están como mal vistos...
    Saludos.

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  10. Estoy completamente de acuerdo, la curiosidad- y la cabezonería o empecinamiento, añado- de algunos humanos, hacen que el resto vivamos mejor y que estemos donde estamos...("para qué querrá ese chalado fabricar un cohete para ir a la Luna"...frase típica del nada curioso)

    Y luego estamos los que admiramos mucho a esos curiosos - no a todos claro, que hay cuota de pifias- y compartimos la "curiosidad" en algo, pero al primer contratiempo o revés, nos descorazonamos.Por eso en ello es admirable la "cabezonería"

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  11. Con lo bien que le hubiera venido un caldito de pollo para curarse.

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  12. Por lo visto, la curiosidad, siempre, no es sana.
    Pero si a alguien, no se le hubiese despertado, para ver que pasaría, si cogian un teclado con monitor, en estos momentos, no estaríamos comentando, tranquilamente o no, desde nuestras casas.

    Así, que a veces, viene bien la curiosidad.
    Aunque sea con neumonía incluida.

    Un abrazo.

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  13. Investigación y curiosidad son y han sido sinónimos muchas veces, por fortuna y esperemos que los investigadores sigan siendo personas curiosas.

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  14. La curiosidad y la simple observación de los hechos más normales han servido a veces para descubrir algo.
    Pasó igual con Newton, que estando a la sombra de un manzano, vio caer una manzana y esto le llevó a descubrir la Ley de la Gravedad.

    Un abrazo

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  15. La curiosidad, la simple observación y también tener una mente previamente preparada para saber captar cosas que al resto de los mortales nos pasarían desapercibidas o de las que no sabríamos sacar las consecuencias que sacan estos científicos.

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  16. Gran peronaje y gracias por el comentario en mi blog... espero que continuemos posteandonos.

    Un saludo.

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