Bruce Templeton (Rod Taylor), co-propietario de un gran laboratorio de investigación aeroespacial, conoce a Jennifer Nelson (Doris Day) cuando ella está enfundada en un disfraz de sirena ayudando a su padre que se dedica a hacer visitas guiadas para turistas en su embarcación. Cuando Bruce descubre que Jennifer está empleada en su empresa en el departamento de relaciones públicas, hace que le acompañe para que sea su biógrafa únicamente con el fin de ganarse su afecto. Sin embargo, su socio y amigo, por una serie de extraños enredos, está convencido de que Jennifer es una espía soviética y la tiene sometida a vigilancia.
Los equívocos que provoca la vigilancia sobre la protagonista y la reacción de ésta cuando se entera y decide demostrar a los hombres que no es tan tonta como ellos creen, es lo que sirve para desarrollar las divertidas situaciones que se suceden a lo largo del film.
El argumento de la película es una tontería absoluta, pero está muy bien hecha y ¡qué caray!, te hace reír, así que dados los tiempos que corren ¿qué más vamos a pedir?
Deliciosamente intrascendente: Doris Day en estado puro.
ResponderEliminarUn humor no siempre bien entendido.
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