LA GRAN MENTIRA

 

Roy Courtnay (Ian McKellen) es un estafador profesional que no puede creer su suerte: ha conocido online a la adinerada viuda Betty McLeish (Helen Mirren). A medida que ella le abre su corazón, Roy se sorprende a sí mismo al darse cuenta de que alberga sentimientos hacia ella, convirtiendo lo que debería ser una estafa fácil y sencilla en una de las situaciones más complejas de su vida.

El guión adapta una novela del mismo título del británico Nicholas Searle.

El argumento quizá resulta algo rebuscado, lejos de otros films que juegan con esta idea del estafador estafado, como puedan ser El golpe o Nueve reinas, por citar alguno. Resulta interesante y prometedora la propuesta de dos personas maduras que buscan compañía y lo hacen a través de las redes, pues, al contrario de lo que ocurre en otras historias, estos se manejan relativamente bien con las nuevas tecnologías. Sin embargo el recurso a las vidas pasadas de los protagonistas, deviene en algo ridículo y los flashbacks en que se rememora su remota relación no están muy bien conseguidos. 

Sobre todo en la primera mitad, se sigue con agrado e incluso con interés, pero a partir de cierto momento, la historia va decayendo y ni siquiera la sostienen las buenas interpretaciones de los dos protagonistas, seguramente el principal atractivo del film.