Los jóvenes enamorados Tao (Paolo Ferrari) y Valeria (Marisa Allasio) planean disfrutar de unas bonitas vacaciones en la intimidad, lejos de la rutina diaria y de sus padres, pero la madre de ella no se fía de que viajen los dos solos y envía con ellos al hermano de la chica, Nino (Nino Manfredi), para que los vigile y cuide de su hermana. Tras un viaje lleno de aventuras, a bordo de un sidecar, acaban en un camping poblado por turistas de varias nacionalidades, atraídos por la fascinante belleza de Valeria.
Tras haber trabajado como ayudante de dirección con realizadores tan señalados como Vittorio De Sica, Roberto Rossellini y Luchino Visconti, Franco Zeffirelli dio el salto a dirigir él mismo en 1958 con esta comedia.
Seguramente, si no estuviera dirigida por quien lo está, este film ni siquiera ocuparía lugar en los anales del cine. Ideada por los dos protagonista, Ferrari y Manfredi, para lucimiento propio, es una comedieta que si hubiera que compararla con algo, seguramente sería con las películas de Pajares y Esteso y otras de corte similar, para que se hagan una idea.
Con situaciones que buscan la risa fácil de quien no sea, no demasiado, sino nada exigente, los protagonistas pasan situaciones ridículas, primero cuando montan la tienda y al amanecer se ven sorprendidos por unas maniobras militares que se desarrollan allí; en el camino se entrometen en una carrera ciclista y, más tarde, aparecen en un pueblo en fiestas, para acabar en el camping que da título a la película en el que Valeria se dedica a tontear con unos y otros, sin que las situaciones que provoca den para más.
Una película bastante prescindible.