Tras el desembarco en Normandía de las tropas aliadas y de los primeros avances que supusieron la expulsión de los alemanes de Bélgica y la liberación de París en agosto del 44, el frente se hallaba estancado, los suministros cada vez habían de recorrer una distancia mayor y las tropas avanzadas se fueron quedando sin combustible, recambios y productos básicos o estos tardaban mucho en llegar.
El afán del alto mando era llegar cuanto antes a Berlín, ya que por el frente oriental avanzaba el ejército soviético, pero las disensiones entre los generales de las distintas potencias y, en especial la animadversión entre Montgomery y Patton, dificultaban la toma de decisiones. Aunque había desechado otros planes anteriores, Eisenhower, comandante en jefe de las tropas aliadas se vio presionado para aceptar el último plan presentado por Montgomery, la llamada operación Market Garden.
Al parecer, el plan era visto con escepticismo, pero, como digo, presiones políticas y el ataque a Londres con cohetes V2, hicieron que el plan de Monty fuera aceptado, a pesar de ser considerado poco realista. Se pretendía tomar una serie de puentes, de su defensa se encargarían los paracaidistas que eran lanzados tras las líneas enemigas, mientras tropas terrestres tratarían de abrir un pasillo en territorio enemigo para avanzar a través del mismo y consolidar las conquistas de las fuerzas aerotransportadas.
El guión del film se basa en una novela homónima de Cornelius Ryan, un libro de lectura recomendable para los aficionados a la Historia en general y, por supuesto, a los que estén particularmente interesados en la Segunda Guerra Mundial y narra la historia de una derrota aliada, cuyas tropas fueron obligadas a retirarse cuando estaban a poco más de un kilómetro de su objetivo final en la ciudad holandesa de Arnhem, a orillas del Rin.
Con un plantel de actores difícil de igualar, nombres de los más conocidos y reconocidos del momento (Sean Connery, Edward Fox, James Caan, Dirk Bogarde, Michael Caine, Robert Redford, Anthony Hopkins, Liv Ullmann, Maximilian Schell, Gene Hackman, Ryan O'Neal, Laurence Olivier, Elliott Gould, Hardy Kruger...) y que no se limitan a ser figuras decorativas como ocurre en otras superproducciones, sino que, con más o menos minutos, todos tienen su intervención justificada.
Magnífica puesta en escena y reconstrucción, a veces incluso minuciosa, de los detalles que los aficionados saben apreciar, incluso los sonidos de los disparos o las cadenas de los tanques avanzando, están reproducidos con la mayor fidelidad. Con detalles que se agradecen, como toda la escena que reproduce el ensamblaje de piezas del puente Bailey por los ingenieros militares. Todo ello acompañado de una banda sonora, aparte de muy bonita, pegadiza, de esas que te quedan en la cabeza cuando acaba el film.
A mí me han gustado siempre, en este film, de manera especial, todas las escenas en las que se muestra el transporte de las tropas en los aviones, desde su embarque, hasta las maravillosas escenas en las que vemos las formaciones de los aviones o las magníficas tomas de los paracaidistas surcando el cielo. Sencillamente impresionantes.
La película no oculta lo que de decepcionante tuvo la operación, apuntando alguna de las causas del fracaso. Bien relatado ese distanciamiento que existe, en ocasiones, entre el diseño de las tácticas sobre el plano y la realidad que muchas veces se convierte en triste precisamente por no haber tenido en cuenta que enfrente hay hombres que también saben luchar.
Otro de esos films que te llevan a pensar por qué el público pone en un pedestal a ciertas pelis y a otras les vuelve la espalda. Un puente lejano lo tiene todo, a priori, para conseguir el éxito, pero supuso un fracaso en taquilla.
Desde esta humilde página, no me queda sino recomendarla vivamente, la disfrutarán.