LA BATALLA DE INGLATERRA

 

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar la llamada batalla de Inglaterra, en la que la Aviación Británica (la RAF) se enfrentó a la poderosa Luftwaffe alemana para salvar a Inglaterra de la invasión.

Algunas escenas de la película se rodaron en España, entre ellas, la recreación de Dunkerque, en playas de Huelva o el primer bombardeo sobre Berlín, en el que la Avenida de la Libertad de San Sebastián (antes Avenida de España) se transforma en una calle de la capital alemana poblada de civiles germanos que en realidad son figurantes donostiarras; algunas acciones que supuestamente se desarrollan en las costas francesas, están filmadas en Zarauz y Fuenterrabía y también hay alguna que se rodó en la base aérea de Tablada, en Sevilla. Además, los aviones Messerschmitt 109 fueron todos adquiridos al Ejército del Aire español, la productora compró unos cincuenta y volvió a poner diecisiete en condiciones de volar, algunos de ellos aparecen en la película tripulados por pilotos del Ejército del Aire español. Los dos Junkers 52 también fueron cedidos por el Ejército del Aire español.

Al final de la película, en los títulos de crédito, aparece un agradecimiento a las Fuerzas Aéreas Españolas.

La película tiene algo de producto de su época, en aquellos años sesenta y principios de los setenta, hubo unas cuantas películas ambientadas en la II Guerra Mundial, títulos míticos a cuya altura no llega esta película lastrada por las historias paralelas que se van narrando y que carecen de fuerza, desaprovechando lo que hubiera podido dar de si un elenco con actores de gran nivel, merced a un guión bastante flojo.

Otra cosa es la recreación del aspecto bélico que, en algunos momentos, resulta brillante, se emplearon aviones reales, como queda dicho y también modelos a escala, pero para el espectador resulta prácticamente imposible distinguir cuando son aviones de verdad y cuando piezas de aeromodelismo lo que está viendo. La verdad es que en este aspecto la película está muy bien hecha y se revive toda la belleza (para quien se la encuentre, claro), la tensión y el dramatismo de los enfrentamientos aéreos con variedad de aparatos todos ellos tal cual los que realmente participaron en aquella batalla sobre los cielos de Gran Bretaña. Es cierto que en ocasiones se abusa de la típica secuencia de imágenes que responde al patrón de aviones volando, primer plano del piloto o de los tripulantes en el interior del avión y nuevo plano lejano y así repitiéndose una y otra vez, lo que alarga la película sin mucho sentido, pero repito que los combates están bastante bien reproducidos, siendo, a la postre, lo mejor de la película.