LA MUJER EN LA VENTANA

 

La doctora Anna Fox (Amy Adams) es una mujer separada y solitaria que padece de agorafobia y pasa los días encerrada en su casa de Nueva York. Entre sus hobbies están aprender francés a distancia, revisionar viejas películas de misterio y cotillear la vida de los vecinos que viven al otro lado de la calle. Sus hábitos se romperán cuando irrumpa en su casa Jane Russell (Julianne Moore), una vecina a la que conoce de forma fortuita y con la que tiene una complicidad casi instantánea. 

Poco después, un horrible grito de mujer la alarmará, al mirar por la ventana, verá a su vecina Jane discutiendo con Alistair (Gary Oldman), su dominante marido y siendo acuchillada. Pero cuando llega la policía, no solo el marido de Jane desmiente lo sucedido, sino que una mujer completamente diferente a la que conoce Anna se presenta como Jane Russell (Jennifer Jason Leigh).

El guión adapta el best seller del mismo título escrito por Dan Mallory bajo el seudónimo de A.J. Finn.

La historia previa al estreno es de lo más accidentado:

La película fue producida por la división Fox 2000 antes de que el estudio Fox fuera vendido a Disney. Ya entonces, el material original había sido criticado por su falta de originalidad. Con todo, Fox 2000 compró los derechos del libro y comenzó la producción. La fecha para el estreno se programó para el 4 de octubre del 2019. 

A principios del 2018, Scott Rudin, productor ejecutivo de la Fox, fue acusado de abuso en el lugar de trabajo. En plena época #MeeToo fue apartado de producciones mayores. Y eso provocó que la película detuviera sus primeros movimientos. Poco después, el autor de la novela fue acusado de plagio. La acusación más grave surgió de New Yorker, que en 2019 hizo un estudio pormenorizado del plagio de la novela. Para mitad del año, ya se hablaba que el texto había al menos copiado de manera directa la estructura de la película Copycat de 1995, dirigida por Jon Amiel y protagonizada por Sigourney Weaver y Holly Hunter. Fox 2000 decidió no estrenar la película en la fecha prevista. Entonces, ocurrieron varias cosas a la vez. Disney logró comprar la Fox, hizo una selección de contenido y decidió que Fox 2000 desaparecería. Mientras tanto, asumió los costes para culminar la grabación de la película. ¿El motivo? Parece claro: el elenco. Amy Adams, junto a Julianne Moore y Gary Oldman aseguraban un estreno con cierta aceptación del público aunque sufriera algunas críticas moderadas. El material se mantuvo en reserva, a la espera que la tormenta a su alrededor pasara. Pese a todo, todavía figuraba entre las listas de los posibles estrenos en Hollywood para marzo del 2020. Y fue entonces cuando la pandemia cambió el panorama. La película fue vendida a Netflix por una cifra no revelada, pero que trascendió que podía ser tan baja como para resultar vergonzosa.

¿Hubiera tenido alguna posibilidad de éxito en taquilla si hubiera sido proyectada en salas? Esa es la pregunta que ya nunca tendrá respuesta.

La verdad es que la película ha recibido palos de todos los lados y de todos los colores. Que si el montaje es caótico; que si la historia es descarada copia de La ventana indiscreta y de Copycat; que si las últimas escenas dan pena... 

Bueno, algo de eso sí que hay, a qué negarlo, pero a mí, como producto de consumo y entretenimiento, no me ha parecido del todo mal, si partimos de la base de que no pasará a la historia, pero entretiene y el final logra sorprender, esté mejor o peor contado.