LAS ANÉCDOTAS DE LA POLÍTICA

 

Hablar de Luis Carandell, es mencionar a uno de los grandes del periodismo contemporáneo español. Hombre culto, amable, tranquilo y educado a un tiempo del que, seguramente, si hay algún joven leyendo esto, incluso alguien de mediana edad, no tendrá repajolera idea de quién estoy hablando, así de rápido va este mundo.

De cualquier modo, no me extraña, si yo mismo, que tengo en la memoria absolutamente claras su imagen y su voz, no recordaba que había presentado el telediario del fin de semana, nada menos que durante dos años.

Lo que sí recuerdo a la perfección es su etapa como cronista parlamentario, destino aburrido entre los que puede tener un periodista, ¡madre mía!, cubrir las tediosas sesiones de sus señorías. Sin embargo, Carandell tuvo la suerte de hacerlo durante la transición, la época más jugosa, sin duda, de las vividas en las Cortes españolas en los últimos ochenta años.

Carandell tocó todos las palos del periodismo, corresponsal en Japón, Israel, Egipto, Tailandia, Singapur, Ceilán y la Unión Soviética, trabajó para periódicos y revistas de renombre en la transición española (Informaciones, Cuadernos para el diálogo, Hermano Lobo, Por favor, Triunfo, Diario 16...), además de dirigir la revista Viajar. También trabajó en Televisión Española, como queda dicho, en Antena 3, en Radio Nacional y en el programa Hoy por hoy de la Cadena SER, con Iñaki Gabilondo.  

El libro es una colección de dichos y frases, sobre todo de la realeza y sus familias, cortesanos y nobles, ya que, hasta el siglo XIX, prácticamente, salvo contadas excepciones, eran los únicos que intervenían en la política de las naciones, a partir de ese momento, el abanico se amplía.

Sigue un orden cronológico y, como señala el subtítulo, abarca desde los faraones hasta Bill Clinton. Contiene cientos de anécdotas, frases y situaciones, muchas de ellas de sobra conocidas, otras no tanto, pero todas ellas divertidas o, cuando menos, llamativas. Como quiera que son entradas muy cortas, se lee con agrado y fluidez, de esos libros ideales para leer en ratos muertos, lo que ocurre, es que como resulta ameno, se acaba enseguida.

Aquí van tres ejemplos:

La división de Alemania como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial dio origen a la famosa frase del escritor francés François Mauriac que hoy suena antigua pero que, en su época, recogía la opinión de muchos franceses:

-Me gusta tanto Alemania que me encanta que haya dos.

Giulio Andreotti ha sido uno de los grandes profesionales de la política de nuestro tiempo. El que fuera varias veces ministro y jefe del gobierno italiano fue un consumado maestro en el arte de la política. En una ocasión, estando en Madrid, un periodista le preguntó en una conferencia de prensa: "Señor ministro, ¿el poder desgasta?". El señor Andreotti respondió lacónicamente: 

-Sí, sobre todo cuando no se tiene.

El humor inglés encontraba un cierto parecido en la forma de vestir de la reina Isabel II y la de la señora Margaret Thatcher. Lo decía un chiste que fue muy popular en la época de gobierno de la Dama de Hierro.

¿En qué se parecen la reina y la "premier"?

-En que a ambas las viste el mismo tapicero.