Johnny Kelly (Gig Young) es un policía de Chicago de un largo linaje de oficiales. Está cansado del trabajo y de su vida matrimonial. Planea abandonar a su esposa por una bailarina llamada Sally Connors (Mala Powers). Cuando Penrod Biddel (Edward Arnold), un corrupto y poderoso abogado lo requiere para un trabajo, Johnny cae en la tentación. Necesita dinero fácil para escapar de Chicago y empezar una nueva vida con Sally. Kelly acepta una misión para escoltar a un mago de poca monta al que el abogado quiere dejar fuera de circulación una temporada, hasta la frontera de Indiana, estado en el que tiene una causa pendiente.
Curiosa película de serie B que se desarrolla durante una noche en Chicago, ciudad de la que no vamos a decir aquello tan socorrido de que se convierte en un personaje más, es que, en este caso, lo es literalmente. Durante los primeros fotogramas, es la voz en off de la ciudad la que nos habla y uno de sus personajes, el sargento Joe (Chill Wills), es la personificación de ella, pues cuando el protagonista va a comenzar su ronda de patrulla, el encargado del garaje de la policía le informa que su compañero está enfermo y, en su lugar, como una aparición, se presenta este sargento Joe, al que nadie conoce, que es, eso, la encarnación de la ciudad misma y que se convierte en una especie de voz de la conciencia del desorientado policía.
Con una llamativa fotografía en blanco y negro, la historia que narra es simple, el policía Kelly, al que acompañaremos durante una noche de patrulla, quiere abandonar el cuerpo y salir pitando con su amante en busca de una vida que le realice más bajo el sol de California. La culpa es de su esposa que gana más que él.
Conclusión misógina donde las haya que nos hace ver que, aunque en algunas cosas seguimos igual o peor, en otras, el mundo ha cambiado mucho, afortunadamente, en el medio siglo largo que ha transcurrido (la película es de 1953). La pobre Kathy Kelly (Paula Raymond), una mujer discretamente elegante y bella, asume que ella es el origen de los problemas de su esposo, del que está profundamente enamorada y le llega a decir a su suegro que va a abandonar su trabajo y que vivirán únicamente con el sueldo del policía, aunque les suponga estrecheces, pues es lógico que él se sienta defraudado por ganar menos que su esposa. En fin...
La historia policiaca, tampoco tiene demasiado recorrido y la película cuenta con el encanto de estos productos de bajo presupuesto hecho con bastante dignidad, aunque la moralina que desprende está absolutamente trasnochada.
Entre los intérpretes, Marie Windsor, la reina de las películas negras de serie B, haciendo de nuevo de femme fatale.
Que tal Trecce!
ResponderEliminarEstas son las que me encanta ver de madrugada...
Saludos!
Una hora estupenda para este cine que tiene su encanto.
ResponderEliminarHay toda una tradición de cine negro (cine "urbano" por antonomasia) cuyos títulos contienen la Palabra "city": "While the City Sleeps" (1956) de Fritz Lang, "The Naked City" (1948) y "Night and the City" (1950), ambas de Jules Dassin, etc.
ResponderEliminarResulta muy socorrido y ya anuncia por donde van los tiros.
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