lunes, 15 de junio de 2020

1917



En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, los cabos Lance Will Schofield (George MacKay) y Lance Tom Blake (Dean-Charles Chapman) reciben la orden de completar una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.


La película, aparentemente, fue rodada en un único plano secuencia. Digo aparentemente, porque como todos los aficionados saben, se trata en realidad de un falso plano secuencia, ya que el film tiene cortes que, eso sí, no se notan salvo en algún momento determinado. Lo que si contiene son largas secuencias, alguna de ocho minutos de duración, algo inhabitual en el cine actual. Con unos magníficos efectos especiales y una lograda ambientación, cobran especial importancia los sonidos, un apartado este por el que se llevó uno de los tres Oscar con los que fue premiada. Técnicamente brillante, se la acusa, sin embargo, de tener más envoltorio que contenido.


Y es que el guión parte de una premisa sencilla: Ir de un punto a otro y para algunos, en el medio, durante ese deambular de los dos soldados primero y de Schofield en solitario después, no ocurre nada. Bueno es una manera de verlo, yo creo que sí ocurre, otra cosa es que resulte más o menos verosímil, que las cosas estén peor o mejor contadas o que logren concitar el interés del espectador. Quizá ahí si haya tema para debatir. 
A la cabeza le vienen a uno algunas referencias de películas anteriores, como Gallipoli (que también va de llevar un mensaje bajo el fuego enemigo) y, sobre todo Senderos de gloria que, aparte de lo evidente, el propio Sam Mendes, ha reconocido que vio con diez años y que después se dio cuenta de que en el film de Kubrick, las escenas no eran tan largas como parecía y le dio la idea de hacer algo similar. 
De cualquier modo, creo que es una buena película en la que quizá su realizador ha sacrificado todo el resto por el impacto visual y no sólo visual, pues además, esos sonidos a que antes aludía, unidos a las imágenes consiguen en muchos momentos meterte en el personaje y los peligros que va sorteando. Con los momentos de acción bien repartidos a lo largo de la misma, la película resulta entretenida y creo que merece la pena verla y disfrutar sobre todo del ejercicio de estilo y de la calidad técnica y artística de que hace gala.




4 comentarios:

  1. todas las críticas que he leído de ella, han sido buenas. tú lo corroboras

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  2. Hola Trecce!
    No me importaría pasar de nuevo por taquilla y disfrutarla, me pareció visualmente muy atractiva y disfrute mucho con ella. Desde luego la planificación y los movimientos de cámara merecen ser destacados. Se hablo bastante del momento petalos y de lo mucho que recuerda a la escena de "American Beauty", ¿crees que el director se autohomenajeo?...
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Yo pienso que esas cosas son una especie de marca de la casa.

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