LA LEYENDA DE LA ISLA SIN VOZ

En diciembre de 1867, veinticinco años después de haberlo hecho por primera vez, el novelista británico Charles Dickens visita la isla de Blackwell, situada frente a Manhattan, donde vivió en primera persona una de las historias que él mismo escribía.

Cuando está de visita en los EE.UU., en 1842, Dickens recibe una misteriosa carta en la que se le ruega que no deje pasar la ocasión de acercarse hasta una isla tétrica situada frente a la ciudad de Nueva York en la que viven (o malviven), los deshechos de la sociedad, en las distintas edificaciones que albergan un manicomio, un hospicio, un asilo, un penal y un hospital. De la mano de la enfermera Anne Radcliffe, descubrirá el tesoro y el secreto que la isla encierra.

En su visita a Blackwell, Dickens construirá la historia de su Cuento de Navidad, inspirado en las personas que más cerca van a estar de él en aquel lugar olvidado.

Es una novela curiosa, que trata de ser diferente a lo que podemos encontrar habitualmente. La autora, Vanessa Montfort, nos va contando las historias de esas personas desgraciadas y condenadas por la sociedad a vivir en el olvido, al tiempo que, de cuando en cuando, nos deja algún recuerdo a modo de efeméride, de lo que en la época estaban haciendo personas como Julio Verne, Thomas Alva Edison, Washington Irving, los hermanos Lumiere y otros tantos personajes contemporáneos de la narración.

Es curiosa, original en su planteamiento, pero su desarrollo resulta lento, incluso por momentos se hace un poco pesada porque parece que avanza con el freno de mano echado. A mí me ha resultado un tanto monótona y como si no acabara de conseguir salir de las convenciones y sus personajes pasan de ser originales a componer un fresco que poco a poco, va perdiendo su atractivo. Es claro que ha querido hacer un homenaje a Dickens y una especie de reescritura de su "Cuento de Navidad", con sus personajes, pero la habilidad del británico para abordar los comportamientos humanos y la amenidad con que lo traslada a la escritura, hace que el digno intento de Montfort, quede en eso, un intento.

Aunque reside en Madrid, la autora está muy unida a la ciudad de Nueva York, a la que viaja de forma habitual para colaborar como profesora conferenciante.

Su trayectoria como novelista y dramaturga es realmente envidiable, con varias novelas premiadas, ha estrenado también varias obras teatrales y es coautora de la primera versión teatral de La Regenta.