miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL JUEZ PRIEST

William Priest (Will Rogers) lleva casi veinte años ejerciendo como juez en una tranquila población de Kentucky donde la vida transcurre sin prisas. Dedicado a asuntos menores en el tribunal, al juez lo que de verdad parece preocuparle es el arte de la pesca en agua dulce y los julepes de menta. De vez en cuando, acude al cementerio para visitar la tumba de su esposa y hablar con ella.
Billy Priest es un orgulloso veterano de la Guerra Civil Confederada, sirve a la comunidad en su ciudad natal rural como juez de distrito en el Kentucky de 1890 con sentido común y humanidad. Priest trata con todos, desde las Hijas de la Confederación, hasta los antiguos esclavos, con humor y la misma falta de pretensión. Su cuñada se opone al interés de su sobrino Jerome por Ellie May Gillespie, una guapa jovencita cuyo pedigrí no está claro. Cuando el misterioso solitario Bob Gillis se ve involucrado en un incidente de apuñalamiento que perjudica el honor de Ellie May, el fiscal le pide a Priest que se abstenga de presidir el juicio.
La historia que se narra en El juez Priest es bastante sencilla y la acaparan, por un lado, el romance entre el sobrino del juez, Jerome (Tom Brown), y Ellie May (Anita Louise) y el juicio final contra Bob Gillis (David Landau) por otro. Pero no es en la historia en sí misma en donde reside la fuerza de la película, sino en la mano de John Ford a la hora de contarla y donde ya están las bases de su peculiar estilo.


El guión se basa en un personaje de Irving S. Cobb. Fox había comprado los derechos de las tres primeras novelas que escribió con este personaje de protagonista y se quería que en los créditos figurase que estaba basada en estos libros, pero Irving S. Cobb se opuso, porque había escrito más de 70 historias y aún estaba escribiendo alguna más y pensó que aquello podría perjudicar las ventas posteriores, así que en los créditos figura que está basada en personajes de Irving S. Cobb, aunque alguno de ellos fue creado expresamente para la película.


La película fue un éxito en su momento. Es la historia de una pequeña comunidad sureña en la que todos se conocen y donde los recuerdos de la pasada Guerra de Secesión, aún están muy vivos, con lo que fueron para ellos sus momentos de gloria y las heridas aún abiertas.
Los biógrafos de Ford ponen el acento en el trato amable que el protagonistas tiene con los negros de su entorno para rebatir a quienes tachan al realizador de racista. Es cierto que en el film vemos, por una parte, la actitud complaciente del juez, que no tiene empacho en cantar los temas que entona su criada, o en irse de pesca con Jeff Poindexter (Stepin Fetchit), pero no es menos cierto que los negros que vemos en la película, o son medio tontos, por buenazos e inocentes, o hacen tareas que hasta hace poco realizaban como esclavos, es decir, son retratados como claramente inferiores a los blancos, algo que, por otra parte, me imagino que sería la visión que se tenía de ellos en la época y la sociedad en la que está ambientado el film.
El juez Priest es un film amable, divertido por momento, que retrata un mundo que tiene mucho de idílico y que dejará un buen sabor de boca a quien disfrute de los finales felices.




8 comentarios:

  1. La recuerdo Trecce la recuerdo; ahora lo que dices, parece que los diálogos con los negros sean medio idiotas, y yo creo que podrían ser esclavos pero idiotas no.

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  2. Ford en estado puro. Le tenía mucho cariño a esta historia, tanto que hizo un autoremake de ella años más tarde.

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  3. Ese modo de tratar con relativa benevolencia a los negros gringos es algo que luego hemos vivido y visto en tierras vascas en relación a los inmigrados extremeños y andaluces de los años 1950.
    Nadie les maltrataba pero tampoco nadie se mezclaba con ellos.Vivieron marginados socialmente.Sus nietos ya han conseguido equipararse a los BASKOS y hasta los hubo que se hicieron de Eta.

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    1. Es cierto, nadie hacía nada contra ellos, pero tampoco se les acercaban.

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  4. Seguramente cuando en los EE.UU. se abolió la esclavitud hablarían de un tiempo de transición, y por lo que podemos ver aún están en ello.

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