Mientras nevaba en su noche de bodas, los recién casados John (Owen Wilson) y Jenny Grogan (Jennifer Aniston), deciden que dejarán atrás los crudos inviernos que de vez en cuando azotan el sur de Michigan, para iniciar sus nuevas vidas en la soleada West Palm Beach, Florida. Los dos consiguen empleo en dos periódicos rivales (él en el Sun Sentinel y ella en el Palm Beach Post), compran su primera casa y se abren camino mientras enfrentan los retos del matrimonio, nuevas carreras y quizá la llegada de un nuevo miembro a la familia ya que Jenny le confiesa a John sus ganas de ser madre. Sintiéndose todavía inseguro ante la idea de añadir otro miembro a la familia, John le confiesa a su amigo y colega Sebastián (Eric Dane) que no se siente preparado aún para un bebé, y el amigo le hace una sugerencia excelente: John debería regalarle a Jenny un perro. Los Grogan compran un lindo perro de la raza Labrador que pesa alrededor de 6 kilos, pero que al cabo de poco tiempo se convierte en una masa irrefrenable de unos 45 kilos que transformará por completo sus vidas, especialmente a medida que la familia crece y la vida de ambos se complica conforme pasa el tiempo. Al principio es un perro insufrible pero según va transcurriendo la película, aún cuando el perro continúa con su mismo carácter, ellos aprenden a verlo de otra manera, en buena parte por el cariño que sienten hacia el.
Película estadounidense de 2008 dirigida por David Frankel, cuyo guión está basado en el libro Marley & Me: Life and Love with the World’s Worst Dog (Marley y Yo: La vida y amor con el peor perro del mundo) de Jhon Grogan.
El autor escribió el libro a raíz de haber publicado una columna muy emotiva en el Philadelhia Inquirer, relatando lo triste que se sentía tras la muerte de su perro Marley. Recibió casi mil mensajes de dueños de perros dándole el pésame y sintiéndose identificados con lo que él relataba.
Si se quiere es la típica película familiar, de tono amable y que recurre a los tópicos consabidos para conquistar los sentimientos del espectador, tanto la sonrisa, en los momentos de comedia, como la lagrimilla en las partes dramáticas.
Sin embargo, no es menos cierto que debajo de todo ello hay un poso que nos lleva a cuestiones más serias, por así decirlo, por un lado contemplamos el camino de una pareja por la vida, con sus altibajos, sus momentos de desesperanza y la vuelta a la ilusión y a retomar el camino del apoyo mutuo y, por otro, la tremenda importancia que en la vida de mucha gente tienen esos compañeros del mundo animal a quienes llamamos mascotas y que llegan a ser un miembro más de la familia.
Los largos diálogos de la pareja, encierran más profundidad de la que pudiera parecer, aunque quizá, por el tono de la película, algún espectador no llegue apreciarlos en lo que valen.
Los largos diálogos de la pareja, encierran más profundidad de la que pudiera parecer, aunque quizá, por el tono de la película, algún espectador no llegue apreciarlos en lo que valen.
Correctas y creíbles interpretaciones para una película sencilla, sin mayores pretensiones que seguro que a quienes tengan mascota, les hará recordar muchos momentos vividos y les dejará un pequeño nudo en la garganta.
Desde luego el mérito de este animal en la película, es asombroso.
ResponderEliminarSalud Trecce.
Como ocurre algunas veces en este tipo de películas, no fue un perro, sino varios los que dieron vida al protagonista canino del film.
EliminarTambién se hace con los niños pequeños. Afortunadamente la Aniston es ella todo el rato.
ResponderEliminar¡Uy!, con los niños el problema es aún más peliagudo. Las leyes norteamericanas prohíben que los niños pequeños, sobre todo los bebés, estén "trabajando" más de determinado tiempo y ese tiempo a veces da para un plano y poco más, así que van alternando varias criaturas para el mismo papel.
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