ROJOS

Louise Bryant (Diane Keaton), es escritora, su ambición es conseguir un hueco en el mundo de la expresión artística, pero además ha de luchar contra los prejuicios de género tan presentes en la sociedad, aún en las avanzadas como la norteamericana, en aquellos inicios del siglo XX.

Está casada con un dentista de Portland, ciudad en la que vive, que no acaba de comprender del todo sus inquietudes artísticas, así que cuando conoce al periodista John Reed (Warren Beatty), se marcha con él y comenzarán su vida en común en el Village neoyorkino, donde se codeará con buena parte de la intelectualidad progresista del momento.

Reed está cada vez más involucrado en el movimiento socialista norteamericano, aunque acabará siendo expulsado del partido socialista y, junto a otros militantes, fundará el Partido Comunista de Estados Unidos.

John "Jack" Reed, es todo un referente de la casi desconocida izquierda norteamericana, un tipo que había conocido a algunos de los personajes relevantes de la revolución mexicana y como corresponsal del Metropolitan Magazine, acompañó a Pancho Villa en sus correrías por el norte del país.

También como periodista cubrió la Primera Guerra Mundial en Europa, llegando hasta Rusia, donde fue testigo presencial de la llegada de Lenin al poder. Todas esas impresiones de primera mano sobre la revolución bolchevique, están recogidas en su obra más famosa, Diez días que estremecieron el mundo, publicada en 1919.

Interesante película en la que Warren Beatty demuestra su buen hacer tras la cámara para trasladar a la pantalla un guión firmado por él mismo y por Trevor Griffiths, en el que mezcla, a mi parecer con sabiduría, la relación sentimental de Reed y Louise Bryant y las andanzas políticas del escritor.

Maravillosa fotografía de Vittorio Storaro que le supuso al film unos de los tres Oscar que consiguió entre las 12 nominaciones que tuvo la película y una ambientación muy cuidada que dota a la historia de gran credibilidad.

Creo que el principal activo del film son las actuaciones. Tanto Beatty como Diane Keaton, realizan un gran trabajo, sobre todo ella, en un personaje que sufre una tremenda evolución a lo largo de la película. Muy bien, asimismo, Jack Nicholson, encarnando a Eugene O'Neill, en una actuación contenida, al contrario de lo que nos tiene acostumbrado el de Nueva York y, la oscarizada Maureen Stapleton, que da vida a la activista norteamericana Emma Goldman.

Algunas de las escenas fueron rodadas en España y concretamente la emotiva escena del reencuentro entre los dos protagonistas al pie del ferrocarril, uno de los momentos culminantes del film, se rodó en la estación madrileña de Delicias.

El film demuestra la valentía de Beatty a la hora de encarar este proyecto por el asunto del que trata y muy bien contada la historia de amor de los protagonistas y la parte que podríamos llamar de historia política.

Uno de los peros, sin duda, es la excesiva duración de esta película, en la que se invirtieron 35 millones de dólares para contar la historia de un hombre que odiaba a los millonarios.