La película es una especie de biografía resumida del famoso grupo de los años 60 The Doors y, sobre todo, de su vocalista Jim Morrison (Val Kilmer), al que Oliver Stone nos presenta como un personaje obsesionado con el chamán de una tribu de indios Navajos al que de niño vio morir en un accidente de tráfico en una carretera de Nuevo México.
Un ser que vive peligrosamente, viajando con acido y coca, un tipo megalómano y fantasioso, con un toque de niño malcriado y egoísta y tremendas dificultades para integrarse socialmente.
Asistimos a sus inicios en el mundo de la música, el encuentro con sus compañeros de banda, los primeros conciertos, las grabaciones de sus primeros discos, la llegada del éxito y la posterior decadencia.
Para los seguidores del grupo, seguramente el film no sólo será decepcionante, sino que es muy posible que les siente como una patada en el estómago, porque el realizador, además de inventarse algunos pasajes que no está nada claro que ocurrieran realmente (es más que probable que no sucedieran nunca), se centra mucho en el lado oscuro de Morrison, de tal suerte que cuando acaba el film, el retrato que uno saca del protagonista es que estaba permanentemente colocado, pero además que era un ser problemático, provocador y bastante insoportable para la gente que estaba a su alrededor.
Pero yo creo que todo eso es lo que pretendía Oliver Stone, presentarnos la caida al más hondo de los precipicios de alguien que lo tenía todo para ser una persona carismática y que en su deriva hacia las drogas y el alcohol, encontró el atajo para unirse bien pronto a una de sus obsesiones, que también se retratan en el film: La muerte.
Hay quien critica que la peli se centra mucho en la figura de Morrison y deja de lado al resto del grupo. Pero es que los Doors eran, en buena medida Morrison. La prueba es que una vez que él murió, el grupo ha seguido actuando, pero ya no es lo mismo.
Buena interpretación de Val Kilmer (seguramente lo mejor que ha hecho en su carrera), que da el pego físicamente y que interpretó varias canciones con su propia voz. El resto, pasables y poco más, incluída la jovencita Meg Ryan.
Lo mejor, por descontado, la banda sonora, para un film que refleja muy bien, aunque con algunas licencias, la caótica personalidad de este ídolo de masas que nos dejó un 3 julio de 1971 en su casa de París y cuya tumba en la ciudad del Sena continua siendo visita obligada para sus fans.
Stone se aparta de la forma habitual en la que Hollywood muestra las biografías del mundo del rock. Me gustó el clima con el que se integraba lo real y lo irracional. Ejemplo; el concierto en Miami, con la danza de los indios navajos.Drogas y alcohol destruyendo físicamente a Jim Morrison, epicentro de lo narrado.
ResponderEliminarYo creo que Stone hizo su película, la que él quería y haciendo hincapié en lo que deseaba. El problema es que el personaje es alguien famoso y de muerte relativamente reciente, sus fans se pusieron en pie de guerra.
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