Fue un reportaje de Hege Moe Eriksen, para la cadena pública de televisión NRK (Norsk Rikskringkasting), emitido en noviembre de 2011, el que ha puesto de "moda" en Noruega apadrinar niños pobres españoles, aunque en el hipócrita lenguaje de hoy no se diga así, sino niños de familias con necesidades, o que están pasando un mal momento, pero en definitiva se trata de niños pobres, porque forman parte de familias pobres.
Lise, una noruega que junto a su nieta Sunniva, apadrina a una niña española, cuenta lo que vio, que puestos a pensar, pone los pelos de punta, porque desgraciadamente nos estamos acostumbrando a ello: "No comprendíamos nada. Cómo el propio gobierno (era una vivienda de protección oficial) le quitaba su apartamento a Azucena, veía cómo la propia policía los echaba. Los juguetes de los niños, sus camas..."
Cómo lo va a entender, no me extraña que no lo entienda, y no me extraña que los noruegos piensen que esta es una democracia bananera, porque lo es.
Recuerdo cuando, siendo yo crío, llegaban a casa de mis padres propagandas de congregaciones religiosas con misiones en África, India o Sudamérica que te invitaban a apadrinar a un niño de los paises pobres. Recuerdo cuando se puso de "moda" entre nosotros Biafra, con aquellas fotos y aquellos reportajes de niños comidos por las moscas con la barriga y la cabeza abultadas y el resto del cuerpo como el papel de fumar.
Después fue UNICEF, varias ONGs, el caso es que aquí siempre se habían visto esas cosas desde el lado de los padrinos, pero ahora somos los apadrinados y esto, a lo que parece no hace sino empezar, por lo que nos anuncia Mariano, la cosa va a peor, claro que siempre nos quedarán los noruegos, o los chinos.
Y nos creíamos que nunca nos iba a tocar. La vida da mucha vueltas, y ya dice el refrán que nunca digas "que de ésta agua jamás beberé" Pues imagínate que el bueno de "Rajoy" este superhombre que se creía imprescindible para España, les quite a los parados esa ayuda de los cuatrocientos euros. Menudo plan para muchas familias con hijos pequeños: Nos van a tener que apadrinar ya no sólo los noruegos y chinos, sino hasta los negritos del Congo belga.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
El caso es que lo veíamos como algo que les ocurría a los demás, lo tenemos ahora metido en casa.
EliminarMientras nuestro Gobierno de Expaña apadrina bancos que nos estafan, los noruegos apadrinan familias españolas para que no se vayan a la calle, desauhuciadas por los bancos y con una deuda ante éllos impagable de por vida. A su vez Mariano Rajoy, Registrador de la Propiedad (se supone que gran conocedor de nuestra Ley Hipotecaria, que bendice la usura del 29,30% de interés sobre el impago de la hipoteca+vivienda+todo lo pagado), elabora una Reforma Laboral en tiempo récord, para jodernos más a los de siempre, y solamente se le ocurre una timorata chapucilla para evitar durante dos años que muchas familias se queden en la calle. Además, está privatizando la Sanidad y la Enseñanza con dinero público, que los españoles no podemos pagar porque ya no tenemos dinero.
ResponderEliminarTriste destino el de las dos Españas: PSOE (robar y gastar dinero público) y PP (recortar a los pobres para dárselo a los ricos).
Un saludo y Feliz Año.
Y lo que te rondaré...
EliminarLas personas que lo estan pasando mal en España estan en manos de las pocas personas solidarias que hay por que como esperen a que los politicos les den de comer estan apañados, en esta sociedad hay mucha gente falsa que dice ser solidario pero que cuando hay que poner dinero miran para otro lado, hemos de ser solidarios, con lo que podamos, pero tenemos que ayudar a la gente que realmente lo necesita.
ResponderEliminarDe boquilla todos somos muy solidarios, pero pocos son los que dan un paso al frente, por eso mismo tienen mucho más mérito.
EliminarLo que me extraña es que ahora no haya circulando ni una sola noticia sobre niños españoles apadrinados por latinoamericanos. Al ver este artículo piensas que en Noruega se atan los perros con longaniza cuando yo he estado allí y no me pareció el mejor país del mundo ni de lejos.
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