Este hombre que, por cuna y educación había nacido para desempeñar un cargo importante en la política de Atenas, emprendió en el año 415 a.C. una expedición marítima con el fin de atacar Siracusa, en Sicilia, aliada de Esparta y, por tanto enemiga de Atenas.
Por circunstancias diversas, la expedición fue un fracaso y las naves tuvieron que darse media vuelta. Los atenienses esperaban a Alcibiades para someterlo a juicio, pero éste se escapó durante el viaje y se refugió en Esparta. Para demostrar su total cambio de bando, no tuvo ningún inconveniente en indicar a los espartanos cuáles eran los puntos débiles de Atenas que él, por su puesto prominente, conocía de sobra.
Sin embargo el tío, seguramente un poco harto de eso que se conoce como la vida espartana (ya sabéis, muy frugal y todo eso), sedujo a Timée, la esposa del rey Agis que, además, era su protector.
Cuando se descubrió el asunto, Alcibiades salió por pies hacia Persia, refugiándose en la corte del sátrapa Tisafernes. Allí se dedicó a los manejos en los que ya había adquirido cierta pericia, pues los persas eran enemigos tradicionales de los griegos y él se dedicó a meter cizaña.
Al final, la nostalgia le pudo y volvió a Atenas, les convenció de que había estado trabajando en la sombra para enfrentar a persas y espartanos y fue tratado como un héroe y encima le dieron el mando su escuadra. Alcibíades venció a los espartanos en Abydos (411 a.C.) y en Cízico (410 a.C.). Estos triunfos reanimaron a Atenas, que se negó a oír las propuestas de paz que Esparta le hacía.
Sin embargo perdió, de nuevo, el apoyo de su ciudad y viéndose en peligro marchó de nuevo al exilio. Alcibiades había cambiado de bando tantas veces que ya nadie le daba crédito y pronto una banda de sicarios le cercó y dio buena cuenta de él a puñaladas. El más grande, único y mejor triple jugador de la Historia tenía 46 años...
Podria ser politico en España sin problemas. Triste personaje
ResponderEliminarUn abrazo
Y encima los nuestros no tienen, ni de lejos, la importancia que tuvo este hombre. Los de aquí (algunos, claro) chaquetean por bastante menos.
ResponderEliminarComo el personaje de Tulius Detritus en Astérix, a estoj miserablej tipejoj, acaban por no querer verlos ni en pintura en su propia casa, cualquiera se fía de ellos...salvando todaj laj dijtanciaj, a quién me recordará a mí.
ResponderEliminarPolitico o banquero, he incluso de sindicalista, hoy en día entre el que no es avaricioso,buitre,chaquetero y culebra la lleva clara.
ResponderEliminarLos honestos somos los que mantenemos a esta clase de gente...
Recuerdo aquello que dijo (bueno no sé si lo dijo o es leyenda urbana): "...mi padre, que era falangijta..."
ResponderEliminarLos honestos, E.P., a pagar los platos rotos y la vida de lujo de los mangantes.
ResponderEliminarComo dice Sostrato, podía ser Consejero de la Junta de Andalucia o incluso, Presidente del Tribunal Constitucional.
ResponderEliminarHay cosas que nunca cambian...