lunes, 10 de marzo de 2025

ÉXITO A CUALQUIER PRECIO (GLENGARRY GLEN ROSS)

 


Un grupo de vendedores de bienes raíces de Chicago, viven al límite, no dudan en recurrir a la astucia para camelar al cliente con el fin de cerrar una venta. La vida es buena para el que está en racha, para el resto, pende de un hilo. No hay lugar para perdedores en un mundo altamente competitivo y un mercado en plena depresión.


Dirigida por James Foley, el guion de David Mamet, adapta su propia obra de teatro Glengarry Glen Ross, ganadora del Premio Pulitzer, en un film plagado de estrellas: Jack Lemmon, Al Pacino, Alec Baldwin, Alan Arkin, Ed Harris, Kevin Spacey, Jonathan Pryce o Bruce Altman, entre otros.


Una crítica al capitalismo y a una de sus consecuencias: el consumo desmesurado. Al fin y al cabo lo que hacen estos vendedores es tratar de colocar parcelas de terreno a personas que, sencillamente, han solicitado información, pero que, muchas de ellas, no desean o no pueden comprar. Algo que sigue sucediendo ahora, aunque el método haya cambiado y sea cada vez más cutre, con esas llamadas intempestivas que nos ofrecen el oro y el moro a cambio de mudarnos de suministrador de energía, de compañía de comunicación o para que suscribamos tal o cual seguro. Siempre, según ellos, nos vamos a ahorrar un pastón o nos vamos a hacer de oro, como cuando los bancos estafaron a miles de personas con las famosas preferentes. El caso es que cuando hurgas un poco, no saben darte la información que precisas o, directamente, te engañan. Aunque en el caso de estos personajes de la película, son verdaderos artistas de la venta y lograrán colocarte lo que sea para que, cuando te des cuenta de lo que has hecho, sea demasiado tarde para volverte atrás, solo quieren una firma encima de la línea de puntos.
A pesar de su relativo fracaso en taquilla, está considerada como una de las mejores películas de los 90 y algunas de sus secuencias y, sobre todo, algunos diálogos y frases, han pasado a ser legendarios, junto a las memorables interpretaciones.




8 comentarios:

  1. Se nota que está basada en una obra de teatro y, en mi opinión, hay que disfrutarla y considerarla como tal. Me gustó mucho y se entiende lo que cada personaje representa. Una gran película.
    Un saludo.

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    1. En efecto, ese aire teatral es lo que hace que no agrade a cierto tipo de público.

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  2. Un fracaso de taquilla no define la calidad y con ese elenco, esa temática y ese todo tiene que ser buena.
    Gracias por compartir y feliz día.

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  3. Tal como lo explicas, parece que los clientes sean las víctimas. Pero también los vendedores, que sufren en sus carnes las dificultades de un mundo altamente competitivo. La ley de la selva. Como yo mismo me dedico a la venta, no puedo sino sentirme identificado. Y que conste que no suelo engañar a la gente; sólo un poco.

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    1. En efecto, tenemos mala prensa, pero lo que hay que aguantar.

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