martes, 26 de noviembre de 2024

BIRLIBIRLOQUE

 

Despedido por transmitir valores antiestadounidenses, tales como la inevitabilidad del fracaso, en un instituto escolar para disléxicos al que llegó por una concatenación de sucesos, Eugene Debs Hartke, veterano de Vietnam, acaba recalando como alfabetizador en la prisión de máxima seguridad ubicada cruzando el lago y ahora está a la espera de juicio en su contra acusado de ser el autor intelectual de una fuga de presos y el posterior asesinato de varias personas. 
Como muchos personajes que se convierten en narradores de las obras de Kurt Vonnegut, Hartke no es culpable de los crímenes que le imputan, aunque sí de otros. Encarcelado en la biblioteca del colegio en el que diera clases y escribiendo en trozos de papel, Hartke garabatea fragmentos de la historia que no figurarán sino como una nota al pie en los archivos oficiales. Corre el año 2001 (la novela fue publicada en 1990), unos Estados Unidos endeudados han vendido la mayor parte de sus activos a capitales extranjeros, la industria cultural embota la capacidad de discernimiento y la creatividad de los ciudadanos, la cultura del entretenimiento aplana cualquier posibilidad de reflexión crítica. Frente a la pérdida de capital y su deriva financiera, frente a la captura del pensamiento por la uniformidad discursiva y de la realidad por el simulacro, Vonnegut se erige en una especie de quincallero que recoge los restos del desastre, convencido de que la idiotez puede ser ilimitada y que su función es dar testimonio de ello. 
El libro es una sátira distópica y muy ácida sobre algunos aspectos de la sociedad estadounidense. 
Hay un pasaje que no me resisto a reproducir resumido:

Un alumno del colegio del que ha sido expulsado el protagonista, le contó una historia que le sucedió tiempo atrás, cuando acudió a unos grandes almacenes con su niñera haitiana, que deseaba comprar juegos de cama y enviárselos a sus familiares de Haití. El ascensor, abarrotado de gente, se quedó atascado y en el tiempo que tardaron en rescatarlos (seguramente no más de 20 minutos), el pequeño Bruce Bergeron se imaginó estar protagonizando un gran acontecimiento en la historia de los EE.UU. Imaginó, no ya a sus padres, sino al Presidente de la Nación, siguiendo el rescate por televisión y que cuando éste acabará, saldría a recibirlos una gran muchedumbre con banda de música y todo.
El pequeño Bruce esperaba que les dieran un gran banquete y que le pusieran una medalla por haberse aguantado el miedo y no haber dicho que tenía que ir al baño.
Cuando las puertas del ascensor acabaron abriéndose, apareció el tinglado de las rebajas y unos clientes normales que esperaban tranquilamente el ascensor sin tener idea de que hubiera ocurrido algo fuera de lo común. Lo que estas personas deseaban era que salieran los ocupantes actuales para poder entrar ellos. Ni siquiera hubo nadie de la dirección de los almacenes que acudiera a pedirles perdón por lo sucedido y asegurarse de que nadie hubiera sufrido ningún daño. 
—¿Sabes a qué se ajusta perfectamente tu historia? —le pregunté yo.
—No —dijo él. 
Yo le dije: 
—A cuando volvimos de la Guerra de Vietnam.



lunes, 25 de noviembre de 2024

SOPA DE GANSO

 


El país de Freedonia se encuentra en medio de una crisis financiera y al borde de una revolución. Para conceder el préstamo que le piden, la adinerada señora Teasdale (Margaret Dumont), pone como condición que el gobierno esté presidido por Rufus T. Firefly (Groucho Marx), un tipo peculiar que se sale de cualquier estándar imaginable, la prudencia y la racionalidad no son, precisamente, sus principales virtudes. Mientras tanto, el país vecino de Sylvania está conspirando para conquistar Freedonia y envía a Pinky (Harpo Marx) y Chicolini (Chico Marx) a espiar a Firefly. La guerra parece inevitable.


Humor basado en la absoluta incoherencia de personajes y situaciones, de los que el espectador nunca sabe por donde van a salir.


Muchos diálogos que van del absurdo a lo reflexivo y tras cuyo aparente disparate, se esconde una crítica explícita al totalitarismo, la guerra o la política, con alguna parodia realmente memorable y otras que, quizá por lo reiterativo, lleguen a cansar un poco a algunos espectadores menos proclives a este tipo de humor.




viernes, 22 de noviembre de 2024

LEPA SELA LEPO GORE

 


Dos jóvenes, Halil (Nikola Pejakovic), bosnio musulmán, y Milan (Dragan Bjelogrlic), serbio, han crecido juntos cerca de un túnel desierto que une las ciudades yugoslavas de Belgrado y Zagreb. Nunca se atreven a entrar, ya que creen que allí reside un ogro. Doce años después, durante la guerra civil de Bosnia, Milan está atrapado en el túnel con su unidad, y Halil está entre los sitiadores. En el hospital militar de Belgrado, Milan, que se recupera de sus graves heridas, recuerda aquellos años de la infancia, antes de que la guerra de Bosnia rompiera el juramento de amistad eterna entre los dos niños.


Una película etiquetada por algunos como propaganda serbia, que rememora un hecho real ocurrido en tiempos de guerra, cuando siete miembros de la 3.ª compañía del batallón "Drina" recibieron la misión de proteger el puente que se encuentra fuera del túnel de Brodar, cerca de Visegrad (Bosnia-Herzegovina), en septiembre de 1992. El cuarto día de guardia, las fuerzas bosnias los obligaron a entrar en el túnel, donde quedaron atrapados los siguientes nueve días, durante los cuales tres miembros del grupo murieron, tres lograron escapar y uno se quedó para cubrirlos. Los sitiados fueron atacados cada día y se quedaron sin comida, sin agua y sin radio. La ambulancia que intentaba llevarles ayuda, también fue atacada cerca del túnel, y la joven doctora Stojana Jojović y la enfermera Ljubica Kastratović murieron en el acto. 
El periodista serbio Vanja Bulić, entrevistó a uno de los supervivientes en el hospital de Užice, reconstruyendo esos dramáticos días. Con este material, Bulić escribió un artículo publicado en la revista Duga, que sirvió de base para el guion del film.


Película que comenzó a rodarse incluso antes de que acabase la guerra en territorio de Bosnia. La historia está contemplada desde el punto de vista serbio, aunque el realizador Srdjan Dragojevic, no esconde las atrocidades cometidas desde los dos bandos. Bien ambientado, el film consigue transmitir al espectador la angustia de los cercados dentro del túnel, con gotas de humor negro y mediante flashbacks, nos traslada a los años anteriores a la guerra, por un lado, la infancia de los dos amigos, cuando ni de lejos podría imaginarse lo que iba a sobrevenir años después y, por otro, a los días en que el conflicto estalla y todos los rencores larvados durante años, salen a la luz y las comunidades que mantenían una frágil convivencia durante el mandato de Josip Broz Tito, basada en el silencio primordialmente, se desatan con toda la furia, especialmente entre serbios y musulmanes, provocando verdaderas carnicerías y episodios de crueldad y odio notablemente salvajes.




jueves, 21 de noviembre de 2024

EL CÍRCULO PERFECTO

 


Tras años de asedio, Sarajevo se ha convertido en un verdadero infierno, con bombardeos continuos de artillería y francotiradores apostados en muchos edificios semiderruidos. El poeta Şair Hamza (Mustafa Nadereviç), decide que su esposa e hija se vayan de la ciudad junto a otros cientos de personas, en busca de un lugar seguro, aprovechando una de esas llamadas treguas humanitarias que permitirá salir a algunos civiles de la zona asediada. Tras regresar a casa, se encuentra a dos niños que han perdido a sus padres tras un ataque a sangre y fuego en su pequeño pueblo de los alrededores de la capital. Hamza cuidará de ellos, en la medida de sus posibilidades y tratará de que sean evacuados a Alemania, país al que ha sido enviada una tía de los dos hermanos, único familiar que les queda, una tarea que se antoja poco menos que imposible.


Leía yo comentarios sobre este film de 1997, escritos a finales del pasado siglo y principios de este, por espectadores que habían presenciado la película y en algunos de ellos, se hablaba de que bien pronto habíamos olvidado que en Europa acabábamos de vivir una cruenta guerra. Algo que, sin duda, a los europeos nos llenó de estupor después de tantos años sin conflictos armados a nuestras puertas, las guerras nos parecían cosa de otras partes alejadas de nuestro planeta. De manera subliminal, se dejaba entrever en dichos comentarios, que menos mal que todo aquello había pasado y que se esperaba otro largo periodo de paz en el viejo continente. Una amarga sonrisa asomó en mi rostro: Hace bien poco, el sátrapa ruso se encargó de recordarnos, que paz, lo que es paz, tampoco la habrá para nosotros, los privilegiados del mundo que creíamos haber alejado de nuestro entorno la palabra guerra.


Sarajevo se convierte en el escenario de este film de Ademir Kenovic, un escenario real, ya que se rueda en sus calles aún devastadas, cuando todavía no ha llegado el momento de la reconstrucción, así que ningún entorno podría haber reflejado mejor lo que el autor bosnio quiere trasladarnos, que no es otra cosa que el horror de la guerra. 
Lo hace a través de las penurias diarias de los inocentes: civiles, ancianos, mujeres y niños que sobreviven malamente con las balas silbando sobre sus cabezas y las bombas destruyendo sus hogares o a ellos mismos, buscando agua y comida cada día y sin posibilidad de escapar, pues las vías de evacuación están cortadas. Los dos hermanos, el mayor de ellos sordomudo, el maduro poeta y un perro que ha sido herido y dejado inútil de sus patas traseras por un francotirador, son los personajes principales de la historia. 
Pero Kenovic no se regodea en el drama, el poeta y los huérfanos, tienen sus momentos de aventura y diversión (esta palabra seguramente no es la más adecuada) dentro del drama y queda también patente la solidaridad entre los desamparados, la ayuda que se prestan y cómo tratan de superar la dureza de los acontecimientos a base de animarse unos a otros y de tratar de seguir con vida sea como sea. 
Una película muy triste, como lo es la guerra misma, con un final realmente desgarrador.




miércoles, 20 de noviembre de 2024

EN TIERRA DE NADIE

 


Guerra de Bosnia, 1993. Dos soldados de bandos distintos, un bosnio y un serbio, se encuentran atrapados entre las líneas enemigas, en tierra de nadie. Un sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas se dispone a ayudarlos contraviniendo las órdenes de sus superiores, pues hay un tercer soldado herido, tendido en el suelo, que tiene debajo una mina antipersona que estallará al menor movimiento. Los medios de comunicación no tardan en convertir el asunto en un show mediático de carácter internacional. Mientras la tensión bélica crece y la prensa espera pacientemente nuevas noticias, los dos soldados intentarán por todos los medios salir con vida de tal situación.


Galardonada con el Oscar a la Mejor Película en habla no inglesa en 2001, con el argumento de que equiparaba a agredido y agresor, la película no fue del todo bien recibida, ni comprendida en el territorio de la antigua Yugoslavia, aún con la guerra recién acabada y todas las heridas abiertas. Sin embargo, hay que poner en valor que ya en aquel lejano 2001, además de representar la inutilidad e ironía de la guerra, es una llamada abierta a la reconciliación. 
Danis Tanovic, realizador y guionista del film, plantea la guerra como un círculo vicioso del que resulta imposible salir convida. Un asunto en el que los culpables no son solamente los contendientes, sino también quienes teniendo los medios para imponer un poco de cordura, vuelven el rostro hacia otra parte, como esperando a que las soluciones lleguen solas o a que se maten todos unos a otros y cuando no quede nadie, se acabó el problema; o los medios de comunicación, que tampoco salen bien parados de la crítica que la película plantea hacia sus métodos de buscar, más que la noticia, el sensacionalismo.


Los personajes son meros títeres en manos de las ideologías, la política y los postulados, a veces irracionales, de los nacionalismos. A pesar de lo terrible del argumento y aunque parezca un contrasentido, Tanovic consigue que, en algunos momentos nos parezca estar contemplando una comedia, eso sí, con tono de esperpento, sin perder de vista la seriedad del asunto que trata, ironizando y burlándose abiertamente de la guerra al mismo tiempo que la condena por absurda y cruel.




martes, 19 de noviembre de 2024

EL ABISMO DEL OLVIDO

 

El dibujante Paco Roca y el periodista Rodrigo Terrasa, nos acercan en esta obra la tragedia de las fosas comunes de la Guerra Civil y lo que estas representan.
A través de dos historias, la de Pepica Celda, cuyo padre fue fusilado cuando ella apenas contaba 8 años y cuyo indulto llegó cuando llevaba tres meses muerto. Ella había prometido a su madre que trataría de lograr que el cuerpo de su padre reposara junto al de ella, para lo que emprendió una titánica lucha contra la burocracia y la desidia política y administrativa, para que le permitieran exhumar el cuerpo de su padre.
Y la del enterrador del cementerio de Paterna entre 1940 y 1945, Leoncio Badía, antiguo maestro, voluntario en el ejército republicano tras el estallido de la guerra, condenado a muerte, que fue rescatado de la cárcel por intervención del cura de su pueblo y únicamente encontró trabajo como enterrador: ¿Quieres trabajar?, pues a enterrar a los tuyos, sentenció el alcalde. Leoncio ayudó en lo que pudo a las familias de las víctimas, incluso jugándose la vida para que pudieran dar un último adiós a sus familiares fusilados cuando los llevaban a enterrar al cementerio y siempre a espaldas de las autoridades. Después de tantos años, hijos o nietos de los fusilados, aún saludan con afecto a su hija Maruja, recordando y agradeciendo la humanidad que demostró su padre para con las familias.
El libro de Roca y Terrasa, reconoce la barbarie de los dos bandos y las represalias que hubo en ambos, pero, en el caso de los muertos, los del bando franquista ya tuvieron su reconocimiento, en lo posible, algo que se ha negado de manera sistemática a los represaliados y soldados republicanos, una vez llegada la democracia, bajo la excusa de no remover el pasado, negando a las familias que puedan cerrar el ciclo del duelo.
Claramente, los autores toman partido, pero lo hacen desde la reflexión y argumentado que es de justicia que las familias, sin duda las otras víctimas del rencor, puedan cerrar una herida que lleva tantos años abierta y cuya solución en ocasiones, llega demasiado tarde. Negar a los allegados que puedan llorar a sus muertos, es el peor de los castigos.



lunes, 18 de noviembre de 2024

LA BAHÍA DE LOS ÁNGELES

 


Durante unas vacaciones en Niza, Jean Fournier (Claude Mann), un modesto empleado de banca, conoce a Jackie Demaistre (Jeanne Moreau) y se enamora de ella. Se trata de una joven ludópata que se juega todo cuanto gana y que abandonó a su marido y a su pequeño hijo por el juego.


Aunque es cierto que el film trata sobre las adicciones y, más concretamente sobre las que acarrean los juegos de azar, es también una metáfora sobre el juego de la seducción.


Un film brillante con guion y dirección de Jacques Demy (por cierto, asistido por Costa Gavras), con una atractiva fotografía de Jean Rabier y la banda sonora de Michel Legrand, protagonizado por una deslumbrante Jeanne Moreau vestida por Pierre Cardin.
La historia de una amarga pasión.




viernes, 15 de noviembre de 2024

LOLA

 


En Nantes, Lola (Anouk Aimée), una bailarina de cabaret, espera el regreso de su novio Michel (Jacques Harden), que es el padre de su hijo y hace siete años que emigró a las colonias con la promesa de volver cuando se hiciese rico. Durante su ausencia, Lola es cortejada por Roland (Marc Michel), un amigo de la infancia, y por el marinero americano Frankie (Alan Scott), mientras ella se las apaña como puede para criar a su hijo.


Repleta de referencias cinematográficas como El ángel azul o Al final de la escapada, a los musicales de Hollywood, a la obra de Max Ophüls (a quien Jacques Demy dedica la película), entre otros, es una especie de cuento con personajes cuyas historias se entrecruzan acompañadas por la banda sonora de Michel Legrand.


El amor alocado y aventurero en la adolescencia; el más reflexivo de la juventud y planteado como una necesidad en la madurez. Una historia amable cargada de sentimientos, quizá la más olvidada de las películas de la llamada Nouvelle vague.




jueves, 14 de noviembre de 2024

MASCULINO, FEMENINO

 


Paul (Jean-Pierre Léaud), un joven recién desmovilizado del servicio militar en el ejército francés, conoce a Madeleine (Chantal Goya), una joven atractiva que aspira a ser cantante pop, y trata de conquistarla. Ambos salen juntos y terminan viviendo en la misma casa cuando Paul tiene que dejar el apartamento en que vive alquilado, aunque con dos amigas de Madeleine, Elisabeth (Marlène Jobert) y Catherine (Catherine-Isabelle Duport). Paul se aísla cada vez más de sus amigos y compañeros  y de sus políticas sociales y emocionales.


Retrato de la juventud de postguerra, al menos de una parte de ella, los que asistieron al nacimiento artístico de los Beatles o Bob Dylan; la comercialización de la pastilla anticonceptiva; 'los hijos de Marx y Coca Cola', como dice una de los títulos de texto del film. Jóvenes que hablan de la alienación de la clase obrera, seguramente revolucionarios de boquilla, pero, por otra parte, interesados por la situación social de los menos favorecidos o por los conflictos bélicos del mundo. Y ellas, pendientes de la moda, de su aspecto físico, del maquillaje, pero también hablando de amor libre, de control de la natalidad, de erotismo o de amistad; quizá algo alocadas e ingenuas, pero sinceras, divertidas y muy atractivas.
 

Jean-Luc Godard se aleja de las convenciones con diálogos a manera de entrevistas, series de preguntas e incluso adivinanzas. Quizá la mayor virtud del film es que habla de cosas que están ocurriendo y sabe captarlas, todas aquellas situaciones y vivencias que desembocarán en el Mayo del 68 y que Godard va dejando caer como pequeñas píldoras a lo largo de la película.


miércoles, 13 de noviembre de 2024

FRESA Y CHOCOLATE

 


David (Vladimir Cruz) es un comunista convencido que estudia en la Universidad de La Habana. Diego (Jorge Perugorría) es un artista homosexual acosado por la homofobia del régimen castrista. A pesar de las abismales diferencias que los separan, entre ellos surge una profunda amistad.


Junto a comentarios elogiosos, he leído alguna crítica acerada contra esta película porque ataca al socialismo, a la revolución y al régimen castrista. Supongo que será de algún acérrimo a estas ideologías que no acepta muy bien las críticas. 
Por si alguno no lo sabe, Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, realizadores del film y Senel Paz, guionista del mismo, en uno de cuyos relatos se apoya la historia, son cubanos y hablan de lo que saben, de lo cercano, de su país, que es lo que mejor conocen y la mejor manera de que su trabajo salga bien, porque cuando hablas de lo lejano y desconocido, tienes más papeletas para hacer un mal producto. 
Así que igual que Brokeback Mountain, por ejemplo, aborda el asunto de la homosexualidad en EE.UU. y habla de las obstáculos, incluso las desgracias, que han de soportar los homosexuales en ese país porque sus autores son norteamericanos; este film lo centra en Cuba, porque sus autores son cubanos, ni más, ni menos. Ver más allá es querer rizar el rizo y eso de que en otros sitios del planeta ocurría lo mismo en los años setenta, siendo cierto a medias, pues en ningún país occidental estaban los gays para tirar cohetes en los años 70, no quita para que en Cuba las cosas fueran, más o menos, como las cuenta la película. 
En la parte positiva, hay que señalar que, habiendo aportaciones económicas de España y México, la película está producida por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).


La película navega entre algún momento dramático, duro incluso y un cierto tono de comedia y, sin renunciar a su mensaje reivindicativo, es un grito que clama libertad, pero, sobre todo, comprensión. Hasta que no conoces al otro, debes abstenerte de criticarlo y, desde luego, mucho menos en plan fanático y sectario. Cuando David conoce a Diego de verdad, descubre a la persona y ello le lleva, en primer lugar, al respeto y en algunas cosas, incluso a la admiración.




martes, 12 de noviembre de 2024

CREACIÓN

 

Ciego, frágil, muy viejo y bastante harto de oír que en el Odeón de Atenas se aplaude la versión de la historia de Heródoto, Ciro Spitama decide dictarle su propia historia a su sobrino Demócrito. Estamos en el año 445 a. C. 
Amigo de reyes, filósofos, emperadores, generales y sabios; compañero de escuela de Jerjes, empleador de Sócrates, llegó a conversar con Confucio, al que le unió algún tipo de amistad. Nieto de Zoroastro, en cuya muerte estuvo presente y escuchó sus últimas palabras. La temprana muerte del padre persa de Spitama lleva al joven muchacho y a su madre griega a buscar el cobijo de la corte persa en Susa. Durante una cacería, un jabalí ataca a Ciro y Jerjes, que es su contemporáneo, le salva la vida. A partir de entonces serán, en algunos aspectos, casi como hermanos. El rey Darío le encargará que viaje a la India y en sus viajes, acabará llegando a China. 
Es una novela larga y su protagonista es un buscador de la verdad que vive en una época que le permite conocer a grandes personajes de la historia. No cabe duda que resulta interesante, como lo es en sí misma la prosa de Gore Vidal, pero quizá las largas charlas filosóficas y morales y las elipsis a que acude algunas veces («El viaje de Lu a Magadha por la ruta de la seda duró casi un año. La mayor parte del tiempo estuve enfermo» o «Ya no recuerdo, con ningún detalle, la ruta exacta que tomamos...», por ejemplo), hacen que durante algunos pasajes, el atractivo por la misma decaiga y le falte algo de ese encanto de algunas novelas históricas que nos sumergen en detalles, incluso aunque sean cotidianos. 




viernes, 8 de noviembre de 2024

LA MUERTE DE UN BURÓCRATA

 


Un trabajador ejemplar que se dedicaba a hacer esculturas, es enterrado con su carnet laboral en reconocimiento a sus méritos, pero su viuda no puede cobrar la pensión sin ese documento. El sobrino del difunto vive alucinantes aventuras para recuperar el carnet de la tumba de su tío.


Sátira corrosiva y cargada de humor negro alrededor de ese mal que todos hemos sufrido alguna vez en cualquier sociedad del mundo moderno: La burocracia. 
Tomás Gutiérrez Alea dedica la película a varios personajes de la cinematografía de todos los tiempos, desde Buñuel a Marilyn Monroe, pasando por Bergman, Welles, Keaton o Kurosawa, entre otros y "a todos aquellos que de una manera u otra han intervenido en la industria del cine desde Lumière hasta nuestros días". Y no está de más recordarlo, porque el film tiene guiños que nos recuerdan a algunas películas, realizadores o intérpretes de películas que el aficionado enseguida identificará al ver ciertas escenas.


A mí se me antoja que una película como esta, salvando las distancias, podría haber sido perfectamente firmada por Berlanga, por ejemplo, con esos diálogos que, en ocasiones rayan lo absurdo, las escenas corales o la historia que, poco a poco, se va retorciendo, pero todo ello salpicado de humor. 
Situaciones en las que, si no en todas, en alguna de ellas, veremos reflejados momentos vividos por nosotros mismos o por alguien cercano: La falta de un certificado, de un sello o una firma y ese peloteo de uno a otro lado, de una ventanilla a otra que nos lleva a callejones sin salida, hasta que, ¡mira tú por dónde!, se resuelve como por milagro cuando algún conocido que tiene poder o influencia en el sistema, interviene en el asunto.




jueves, 7 de noviembre de 2024

MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO

 


Sergio Carmona Mendoyo (Sergio Corrieri ) es un burgués que decide quedarse en Cuba tras el fracasado desembarco de Bahía Cochinos, mientras toda su familia, como otras tantas cientos de personas, abandona el país. Sergio buscará un sentido a su vida escribiendo sus memorias, y la Revolución se convierte en un reto: tratará de comprenderla y hallar una coherencia dentro de su sistema de valores.


Basada en la novela homónima del escritor e intelectual cubano Edmundo Desnoes (Juan Edmundo Pérez Desnoes), el guion lo firman él mismo y el realizador del film Tomás Gutiérrez Alea. El libro presenta una serie de ideas, reflexiones y representaciones del proceso revolucionario cubano desde la voz de un narrador perteneciente a la burguesía en descomposición. La ambigüedad y el carácter irónico de la novela hacen que pueda ser leída a la vez como un juicio crítico sobre la burguesía decadente o como una crítica a los elementos opresivos de la Revolución.

                             

Gutiérrez Alea parece dar una de cal y otra de arena, es decir, reparte críticas, seguramente más explícitas contra el capitalismo y más crípticas a la hora de hablar de régimen cubano, en una película calificada en su momento como sofisticada y enigmática.




miércoles, 6 de noviembre de 2024

EL NORTE

 


Tras una masacre en un pueblo de Guatemala habitado por campesinos mayas, a manos de las tropas del ejército, Rosa (Zaide Silvia Gutiérrez) y Enrique (David Villalpando), dos jóvenes hermanos, logran sobrevivir y deciden huir al Norte, a los Estados Unidos. Tras recibir ayuda económica de su madrina y consejos de un inmigrante veterano, emprenden el viaje cruzando México en autobús hasta llegar a Los Ángeles. Allí empiezan su vida como inmigrantes jóvenes, ilegales y sin ninguna cualificación.


Realizada por Gregory Nava, ciudadano norteamericano de ascendencia mexicana, está ambientada en la época de la dictadura de José Efraín Ríos Montt, condenado en 2013 a 80 años de prisión por delitos de genocidio cometidos contra el pueblo ixil cuando gobernó entre 1982 y 1983, con la excusa de que colaboraba con las guerrillas comunistas. En la sentencia se consideró probado que los militares a su mando habían asesinado a 1771 ixiles, además de haber violado sistemáticamente a las mujeres y niñas de esta etnia, muchas de ellas convertidas en esclavas sexuales de sus soldados. Apenas diez días después, la sentencia fue anulada y Ríos Montt falleció, cinco años después, en libertad. 
El film se estructura en tres partes. La primera, discurre en Guatemala, donde observamos las costumbres de la población maya, su vida en comunidad, los difíciles y agotadores trabajos en el campo recogiendo granos de café, bajo la rígida vigilancia de supervisores, que les conminan a trabajar sin tregua bajo amenazas, al tiempo que sufren el genocidio practicado por tropas del gobierno. Gregory Nava nos muestra una cultura alegre, de colores intensos que lucen en las casas o en sus vestimentas, personas de intensa espiritualidad, que conservan su propio idioma y cierran filas en torno a los suyos. 
La segunda parte transcurre en México, para ofrecernos un país totalmente empobrecido, sin rumbo, donde se lucha por la supervivencia diaria. De ello es reflejo la ciudad fronteriza de Tijuana, como un lugar de paso abarrotada de personas, viviendo en condiciones precarias, que buscan atravesar la frontera, donde campean la astucia, la picaresca más canalla y la delincuencia especialmente abyecta, ya que se practica frente al que ya no tiene nada. El tono colorista y de realismo mágico de la primera parte desaparece en las dos últimas, emergiendo únicamente en ciertos momentos de ensoñaciones de la pareja protagonista. 
En la última fase del film nos encontramos ya en la California de los emigrantes hispanos, en sus casas de los suburbios, siendo explotados en fábricas textiles, restaurantes, como empleados de hogar de los blancos. Norteamérica los necesita como mano de obra barata, pero no los quiere; los devuelve al otro lado de la frontera si los encuentra sin papeles, pero no pone obstáculos para que aprendan el idioma ofreciéndoles escuelas donde lo enseñan gratuitamente, o para que desempeñen trabajos mal pagados y sin derechos sociales. Una actitud hipócrita donde las haya, ya que en ocasiones es ejercida por descendientes de irlandeses, italianos, alemanes y otros, otrora inmigrantes también que, en su momento, viajaron a América, legal o ilegalmente, en búsqueda de una tierra próspera y una vida mejor.


Es lamentable que, después de más de cuarenta años del estreno de la película, el asunto central de la misma, siga de plena actualidad, con las políticas opuestas a la inmigración de algunos países en plena ebullición y partidos políticos que las llevan en su programa triunfando en muchos de ellos. Estamos hablando de un drama social muy crudo, más aun cuando muchos de los que se ven impelidos a abandonar sus países lo hacen por razones que trascienden lo económico (ya de por sí triste), y lo hacen para salvar sus propias vidas porque en ellos se ven sometidos a auténticas cacerías humanas por razones de raza, credo o pertenencia a determinado colectivo social, cuando no huyendo de cruentas guerras, y arrostrando el peligro de verse en manos de las mafias que trafican con personas, mientras los países llamados desarrollados se pierden en debates, en lugar de convertirse en verdaderos lugares de acogida. Un film que va más allá de un guion interesante y llamativo, para acercarnos el drama de aquellos que no son libres en ningún lugar. Como dice uno de los protagonistas: “…tal vez sólo muertos encontremos un lugarcito…”




martes, 5 de noviembre de 2024

PADRE PADRONE (PADRE PATRÓN)

 


Gavino Ledda (Saverio Marconi de adulto y Fabrizio Forte de niño), se verá privado de adquirir una educación ante la negativa de su autoritario para que asista a escuela, con el argumento de que debe ayudarle a cuidar su ganado, incluso le impedirá tener amigos.


El guion se basa en el libro autográfico del propio Gavino Ledda, pastor inculto y analfabeto que, tras una dura infancia en la montaña de Cerdeña, durante la que su padre llega incluso a sacarle de la escuela, a la que llevaba pocos días asistiendo, logra llegar a ser profesor de lingüística y a narrar sus experiencias vitales en una novela. 
El film obtuvo la palma de Oro del Festival de Cannes de 1977.


La película no se detiene en el paisaje hermosos de Cerdeña, no importa la acción, los realizadores se sirven del cine como un medio de conocimiento de la realidad. 
Un film que tiene vocación didáctica, cuyas enseñanzas nos llegan de manera llana, directa, áspera, tosca y brutal, pero accesible para todos los espectadores. Todo ello lleva a una reflexión moral tras el esfuerzo de los hermanos Taviani por entender, sin entretenerse en explicar, porqué los personajes son como son y actúan como actúan y las circunstancias sociales, religiosas, culturales, incluso atávicas, que les empujan a ello.