lunes, 21 de octubre de 2024

CUENTO DE OTOÑO

 


Magali (Béatrice Romand), de 45 años, es productora de vino en la Provenza francesa. Es viuda y su mejor amiga, Isabelle (Marie Rivière), ante la perspectiva de que se sienta sola tras la marcha de sus hijos, está empeñada en buscarle un nuevo marido, para lo cual acude a la sección de anuncios por palabras de periódico local, al que responde Gérald (Alain Libolt), un hombre que parece agradable. En la boda de la hija de Isabelle, Magali finalmente conoce a Gérald.


Éric Rohmer plantea un paralelismo entre el paisaje, dejando atrás el verde primaveral y veraniego para ir tomando los tonos terrosos del otoño, con la cosecha a punto para ser recogida y algunos de los personajes de la historia, que han perdido la lozanía de la juventud, pero conservan su belleza y atractivo en el arranque de su madurez y tras haber dado ya sus frutos, en forma de hijos, ahora buscan, en la placidez de su otoño, una nueva razón de vida.


A partir de que todos ellos se reúnen en la boda de la hija de Isabelle, el asunto se torna en una fábula de enredos y malos entendidos que ayudan al dinamismo de la narración. Rohmer nos muestra la belleza del paisaje del Valle del Ródano, con el Mont Ventoux surgiendo entre la bruma y salpicado por las construcciones industriales y las chimeneas de la central nuclear. Pocos como él sabrán sacar partido de una cámara estática que mete de lleno al espectador en una conversación entre dos personas mientras toman un aperitivo en una terraza. Situaciones cotidianas y personajes interpretados con naturalidad, en cuyo retrato el realizador francés es un auténtico maestro.




4 comentarios:

  1. ¿Influiría en el sabor de los vinos el estar cerca de una central nuclear?

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  2. Personajes más otoñales de lo habitual en sus películas, en consonancia con la estación.

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