Es fin de año, y Nick (William Powell) y Nora Charles (Myrna Loy) han regresado a la costa Oeste, a San Francisco, tras pasar sus vacaciones de Navidad en Nueva York. El matrimonio está invitado a cenar con la muy aristocrática tía de Nora, Katherine (Jessie Ralph), que adora a su sobrina, pero detesta a Nick, debido a su origen plebeyo. Allí descubren que Robert (Alan Marshall), el marido de la prima Selma (Elissa Landi), lleva tres días desaparecido y Nick accede a regañadientes a buscarlo, descubriendo que ha estado teniendo una aventura con la artista de cabaret Polly (Penny Singleton). Pero el caso da un giro cuando le disparan a Robert y acusan a Selma de asesinato.
El guion se basa en los personajes de Nick y Nora Charles, creados por Dashiell Hammett para su novela The Thin Man (El hombre delgado). Aunque Hammett nunca escribió una continuación de este libro, la pareja protagonista daría lugar a una exitosa serie de seis película, de la que esta es la segunda.
El misterio y las complicaciones de la trama juegan un papel secundario frente a los diálogos y las brillantes interpretaciones de Powell y Loy, magníficamente secundados, entre otros, por un jovencito James Stewart, todos ellos a la altura, aunque esto no impide que las pistas falsas resulten interesantes de seguir, envolviendo al espectador hasta llegar a conocer al verdadero culpable de los diversos asesinatos que se cometen. Atención a la pequeña historia de infidelidad de la que es víctima Asta, el perrito de los protagonistas, uno de los más ingeniosos y divertidos gags que se han visto en el cine. La película es puro deleite para los amantes del cine del Hollywood clásico.
El ingenio del que hacían gala aquellos guionistas de la época dorada está a años luz de los productos tan convencionales que hoy se estilan.
ResponderEliminarLos diálogos son de gran nivel.
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