Durante generaciones, la familia Solé, cultiva una gran extensión de melocotoneros en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña. Pero cuando muere el dueño de la finca, el heredero decide instalar en ella paneles solares para producir energía. Este verano, después de ochenta años cultivando la misma tierra, puede que sea su última cosecha.
Un buen documento de época que refleja una realidad no siempre conocida desde los ambientes urbanos, gentes que, la mayoría de las veces por tradición familiar, viven apegadas a la tierra en la que han nacido y de la que, casi siempre con grandes sacrificios, han vivido, se ven ahora empujados a abandonar aquello que sus antepasados levantaron con tanto esfuerzo, merced a un cerco insoportable de precios bajos que no dan para cubrir costes de producción, mantenido por grandes corporaciones que pretenden comprar las tierras a bajo precio o dedicarlas a otros fines.
La película, en general bien acogida por la crítica y que se llevó, nada menos, que el Oso de Oro del Festival de Berlín, sin embargo, entre los espectadores ha despertado opiniones encontradas, desde los que ven una película notable, hasta aquellos que la tachan de aburrida o de un casi documental sin demasiada enjundia.
A mí me ha llamado la atención la presencia, casi decorativa, de los jornaleros africanos que apenas interactúan, al menos con los adultos, si no es para que uno de los protagonistas diga aquello de: "Y los morenos, que trabajen más". Es más que probable que estas gentes tengan sus historias de tierras, casas y familias abandonadas en su larga y peligrosa huída hacia un futuro no siempre mejor. Pero supongo que ese no era el tema de la película.
Hola.
ResponderEliminarYo creo que me va a gustar, en vez de verla como un documental sin enjundia pensaré que es una obra costumbrista tranquila, que también hacen falta cintas así.
Muy feliz tarde.
Es que es lo que es, pero ya sabes que cada cual ve las cosas a su manera.
EliminarHola!
ResponderEliminarPor ahora me da pereza verla, lo mismo más adelante me animo.
No me extraña que no estés para películas, espero que pronto estés con más ánimo.
EliminarEs normal que la película no convenza a todos los espectadores, más que nada porque no es un título comercial y, sin embargo, ha funcionado muy bien en taquilla por la publicidad del premio en Berlín. En mi pueblo la ha visto todo el mundo, y eso que Alcarràs no nos pilla al lado.
ResponderEliminarCierto que los jornaleros africanos tienen poco papel, pero el foco recae en la familia protagonista, y creo que es lo correcto desde un punto de vista narrativo.
En efecto, por eso digo que no debía ser el tema de la película.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarLa tengo pendiente y la veré seguro. Me estaba fijando en esa foto con la niña al volante de lo que parece ser un Citroën dos caballos, recuerdo los típicos coches abandonados en los que nos metíamos a fantasear que conducíamos, por cierto, en ese modelo di mis primeros pasos como conductor.
Saludos y bien finde!
Ese automóvil fue todo un icono y lo sigue siendo. Yo también pasé por la experiencia de conducir uno.
EliminarAl margen de la notoriedad que dan los premios, la película destaca por afrontar con valentía la crisis que está acabando con el campo y con formas de vida ancestrales.
ResponderEliminarEse es para mí el mayor mérito del film.
EliminarLa tengo grabada de Movistar, así que la veré pronto. Me gustó mucho la película anterior de su directora, Verano 1993.
ResponderEliminarSaludos!
Bueno, pues a ver qué te parece esta cuando la veas.
EliminarHola, Trecce
ResponderEliminar¡Qué injusto lo que hacen con la gente del campo! Tengo entendido que la película Alcarrás fue dirigida por Carla Simón Pipó; he visto en las noticias que dicho film ganó en 2022 el Oso de Oro de la Berlinale, fue filmada de catalán; ya he de verla para comentar adecuadamente.
Cordiales saludos.
Esos datos son correctos.
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