miércoles, 7 de septiembre de 2022

LOS RAÍLES DEL CRIMEN

 


A la llegada a su destino, en un tren que realiza el trayecto Marsella-París, la policía encuentra a una mujer estrangulada en su litera. El inspector Grazziani (Yves Montand), encargado del caso, intenta contactar entonces con todos los ocupantes de ese coche cama para dar con el culpable, entre los que se encuentran una joven que trabó amistad con un muchacho que viajaba sin billete y al que coló en una litera vacía. Pero el caso se complica cuando el asesino empieza a liquidar a los otros ocupantes del coche cama, obligando a Grazziani a actuar lo más rápido posible antes de quedarse sin testigos.


El guión adapta una novela de 1962 del escritor francés Sébastien Japrisot
Con un reparto de gran nivel, integrado por primeras figuras de la escena francesa (además del citado Yves Montand, aparecen Simone Signoret, Michel Piccoli, Jean-Louis Trintignant...), el film consigue armonizar las diferentes subtramas que lo componen y es que, junto a la historia principal del crimen, aparecen las de otros personajes, en tonos diferentes: la de los jóvenes amantes; la protagonizada por Piccoli, un hombre cargado de inseguridades que se ven reflejadas en su trato con las mujeres o la de Simone Signoret, una mujer madura que vive una aventura con un joven estudiante de veterinaria del que está perdidamente enamorada, aunque él parece que no está tan implicado.


Debut en la realización del franco-griego Costa-Gavras, con una impecable realización y que resulta muy entretenida, con algunas constantes de ese cine noir de toda la vida: Las recurrentes llamadas telefónicas; los policías con sus gabardinas y sus sombreros; el cigarrillo en la boca; la comisaría poblada de delincuentes de poca monta interrogados con desgana y tratados sin la mínima consideración; las persecuciones (al final hay una, con motos y automóviles por las calles de París y los muelles del Sena, rodada con mucha habilidad) y esa fauna variopinta que poblaba el París de los sesenta.
El inspector Grazziani es un tipo ya de vuelta, que falla en todas las deducciones que realiza, uno de esos antihéroes también típicos de algunos de estos relatos.
La película, de vez en cuando, nos sorprende con alguna humorada, como la conversación entre los dos gendarmes: 
                     — Se parece a Notre Dame.
                     —  ¿Te interesa el arte?
                       El gótico flamígero.

Muy llamativo contemplar este film que se sale de lo habitual en la cinematografía de Costa-Gavras y que demuestra que este hombre sabía desenvolverse muy bien en el medio, llevándonos a pensar que de no haber optado por el cine de denuncia que caracteriza su carrera, es posible que nos hubiera deleitado con productos como este más en la línea del entretenimiento, pero de magnífico nivel.




8 comentarios:

  1. Hola.
    Pues no conocía esta película pero la biuscaré seguro, me gusta esa ínea de entretenimiento de magnífico nivel que mencionas.
    Muy feliz día.

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  2. Por fuerza tenía que debutar por todo lo alto, ya que Costa-Gavras se forjó como ayudante de dirección de grandes cineastas franceses. Por otro lado, sorprende comprobar que su cine no ha sido siempre estrictamente político.

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    1. Más allá del estilo por el que optó más adelante, demuestra que sabe hacer cine en general y que lo hace muy bien.

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  3. Que tal Trecce!
    Cada vez me gustan mas estas películas, las disfruto de forma diferente al cine actual.
    Saludos!

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    1. Para los que nos gusta el cine, siguen teniendo algo especial.

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