En el Hotel Beauregard en Bournemouth, un establecimiento costero al viejo estilo, conviven desde hace tiempo varios huéspedes fijos. Durante la temporada baja, la vida en el mismo se anima cuando la bella Ann Shankland (Rita Hayworth) llega para ver a su ex esposo, el escritor desencantado y alcohólico John Malcolm (Burt Lancaster), que está comprometido en secreto con Pat Cooper (Wendy Hiller), quien dirige el hotel. Mientras tanto, la estricta y decadente Sra. Railton-Bell (Gladys Cooper) descubre que el mayor Angus Pollock (David Niven), un militar retirado, con una gloriosa hoja de servicios, no es lo que aparenta, en su pasado hay un hecho poco honroso, una noticia particularmente impactante para su frágil hija Sibyl (Deborah Kerr), quien está secretamente enamorada de él. Las viejas historias y los nuevos problemas toman vida entre los muros del hotel.
El guión se basa una obra teatral del dramaturgo y guionista cinematográfico británico Terence Rattigan, que también adaptó su propia obra en esta ocasión (en realidad son dos obras reunidas en una).
La película está repleta de actuaciones fabulosas y fue nominado a varios premios de la Academia, incluidos Mejor película, Mejor actriz (Deborah Kerr), Mejor actor (David Niven), Mejor actriz de reparto (Wendy Hiller), Mejor guión adaptado, Mejor fotografía y Mejor música.
El vestuario de Rita Hayworth, fue diseñado por Edith Head.
El microcosmo que componen los habitantes del hotel Beauregard es una representación a pequeña escala de lo que puede ser cualquier grupo social. Es lo que hace Delbert Mann, aprovechar la peculiar situación de este grupo de personajes para hacer una disección de una variedad determinada de comportamientos humanos, desde la intransigencia hasta la bondad o la ingenuidad, pasando por otras situaciones de las que saca gran partido, profundizando en las pasiones, los errores, egoísmos y turbulencias tan típicos del alma humana y, sobre todo, esa especie de contrasentido en que viven estas pequeñas sociedades: por un lado, resultan agobiantes, proclives al chismorreo, la envidia y la hipocresía, pero, por otro, resultan ser un apoyo para cada uno de sus miembros del que, a veces, únicamente eres consciente cuando te ves apartado y te encuentras solo.
Estupendos diálogos que son los que más nivel dan al film, no olvidemos su origen teatral y un ramillete de actores y actrices, entre cuyos nombres el espectador reconoce a algunos de los más grandes y sonoros representantes del cine de todos los tiempos, desplegando todo su talento.
Huyendo en todo momento del folletín al que pudiera sentirse inclinado por la esencia de la historia, Delbert Mann nos ofrece una interesantísima película, dirigida con elegancia y con algunos planos dignos de destacar, entre ellos los maravillosos travelling con que se inicia y se cierra el film, casi idénticos, pero con un significado notablemente diferente en cada caso.
Hola!
ResponderEliminarEstupenda reseña. Vaya reparto más estupendo. Anotada!
La verdad es que el elenco es de los que quitan el hipo, pero es que, además, es una gran película.
EliminarNo recordaba esta peli y me has hecho viajar en el tiempo. Qué buen elenco, tengo que volver a verla
ResponderEliminarGracias por despertar estos recuerdos y feliz martes.
Merece mucho la pena.
EliminarLa interpretación de David Niven dura apenas 23 minutos, la más breve que jamás haya sido recompensada con un premio Óscar.
ResponderEliminarAsí es, un papel corto, pero muy intenso.
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