viernes, 17 de diciembre de 2021

LA BATALLA DEL RÍO NERETVA

 


En enero de 1943, el ejército alemán, temeroso de la invasión aliada de los Balcanes, lanzó una gran ofensiva contra los partisanos yugoslavos en Bosnia occidental, rodearon las montañas y comenzaron la operación de limpieza. Superados en número, los partisanos no solo deben cuidarse de sí mismos, sino también tratar de proteger a miles de refugiados, ancianos, mujeres, niños y heridos. Proporcionando una resistencia heroica, los partisanos y los civiles que huyen, se dirigen hacia el único puente que queda sobre el río Neretva, a través del cual pretenden trasladarse ellos mismos y los heridos a un terreno seguro. Pero de pronto, llega la orden de Tito, desde el cuartel general, de demoler el puente.


El guión está construído sobre una historia de Ratko Djurovic, guionista que ya había colaborado en otras ocasiones con el realizador Veljko Bulajić. Nacido en Montenegro, Djurovic, antiguo combatiente en la II Guerra Mundial, es considerado uno de los pioneros del cine yugoslavo moderno. Es una coproducción entre varios paises (Yugoslavia, EE.UU., Aemania e Italia) y lo que más llama de la atención de ella (al menos a mí), son dos cosas: el despliegue de figurantes y maquinaria bélica (cientos y cientos de personas y mucho vehículo de guerra) y la nómina de actores (Yul Brynner, Hardy Krüger, Franco Nero, Sylva Koscina, Orson Welles, Curd Jürgens...).


La película, en general, no acaba de funcionar bien, hay un montaje que a mi me ha resultado deficiente (quizá debido a que a la versión que he visto, la que se mostró en occidente, le faltan nada menos que 40 minutos del original exhibido en Yugoslavia), pero es que además, en mi opinión, las historias paralelas que se cuentan, no tienen suficiente garra y se desarrollan de manera esquemática y sin brillantez alguna, resultando incluso, en algunos aspectos, un tanto rancias vistas con los ojos de hoy. Al final lo que queda es mucho combate, muchos tiros, explosiones y, como ya he dicho, gran despliegue de figurantes en pantalla, junto a mucha ambientación bélica, que le dan un tono épico del que tampoco sabe sacar partido. 
Es un film que tiene mucho de propagandístico, a mayor gloria del mariscal Tito y que ensalza la idea de una Yugoslavia unida que supera las divisiones nacionalistas balcánicas. De hecho, se cuida mucho el lenguaje para no hablar de ninguna de las etnias o nacionalidades que componen el mosaico de la antigua Yugoslavia. Por ejemplo, los chetniks (que aparecen en las escenas quizá más llamativas de la película, con impresionantes cargas de caballería en campo abierto incluídas), son presentados como monárquicos que combatieron del lado de alemanes e italianos y, en efecto eran partidarios de la monarquia (que se encontraba en el exilio), pero eran, sobre todo, nacionalistas serbios que, en principio, combatieron la ocupación nazi, pero, por cuestiones raciales y religiosas, enfrentados a los croatas, acabaron en el bando de enfrente, más por razones puramente de conveniencia que por convicciones políticas. En el film solo se habla de fascistas y monárquicos, sin ninguna referencia a su condición de serbios. Quien no conozca estos detalles históricos, pasará por alto estas consideraciones y verá solamente un film bélico y no ese aspecto propagandístico que tergiversa u oculta un poco la realidad de lo que ocurrió y es que en Yugoslavia, la II Guerra Mundial fue, además de un conflicto internacional, una verdadera guerra civil, es decir, una guerra dentro de otra. Precisamente de aquellas heridas mal cerradas, a la muerte de Tito, vino lo que vino y que todos recordamos, la tragedia sangrienta de los Balcanes a finales del pasado siglo.


Hay muchas anécdotas alrededor de esta película, una de las cuales atañe a un compatriota nuestro, nada menos que Pablo Picasso, que hizo un cartel para la película por el que no quiso cobrar dinero, sino que pidió, en pago, una caja de los mejores vinos yugoslavos.




12 comentarios:

  1. Tampoco es que Picasso se hubiera matado mucho con un cártel que se parece bastante al "Gernika".

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  2. Recuerdo esta película de un programa doble en la filmoteca con otra superproducción yugoslava. "La quinta ofensiva" ésta, con Richard Burton en el papel de Tito.
    Muy curioso el dato del cartel picassiano. Me habría gustado ver más de sus carteles de cine.
    Saludos!
    Borgo.
    Borgo,

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  3. ¡Hola, Trecce!
    Te prometo leer la Batalla del río Neretva, después de estas fiestas, el tiempo apremia :)
    En esta navidad, regálale alegría, empatía y amor a los tuyos compartiendo con ellos. No imaginas lo hermoso que es tener el afecto de nuestros seres queridos y lo triste que sería el frío de su ausencia.
    Un fuerte abrazo colmado de paz y los mejores deseos para ti y tu familia.

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  4. Desde luego, ver en el reparto a Yul Brynner, Orson Welles o Franco Nero resulta tan chocante como la historia del cartel de Picasso.

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    1. Estaba Yul Brinner, aunque Tito hubiera querido que estuviera Kirk Douglas; lo de Welles, en una aparición corta pero majestuosa, supongo que sería porque le gustaba provocar y salir en una película yugoslava, en cierto modo era eso y Franco Nero, el hombre, se ve que estaba ya en horas bajas.

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  5. Parece que tanto remilgo con las nacionalidades en la película no sirvió de mucho a la larga. Listo Picasso.

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  6. Que tal Trecce!
    Hace mucho desde la ultima vez que la vi, tengo que revisarla. Es curioso como ves las películas siendo niño o adolescente y luego en edad mas adulta te replanteas otras cosas. Desconocía lo de Picasso.
    Saludos!

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    1. Es cierto, cuando eres pequeño puedes ver cosas que te emocionan y resulta que son un auténtico bodrio y, al revés.

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