Operación Gladio fue el nombre en clave de las operaciones clandestinas de «resistencia armada» de la llamada «Red Stay Behind» planeadas por la Organización del Tratado de Bruselas, y posteriormente por la OTAN, en caso de una hipotética invasión y conquista de Europa occidental por parte del Pacto de Varsovia.
En la novela, su autor, el poeta y novelista madrileño Benjamín Prado Rodríguez, hace que uno de sus personajes, una periodista llamada Alicia, la defina así: Gladio fue una organización terrorista creada y financiada por los servicios de inteligencia norteamericanos, al acabar la Segunda Guerra Mundial, para luchar contra el comunismo en Europa. La integraban grupos paramilitares de diferentes países, básicamente nutridos con los neofascistas de la Internacional Negra, pero donde tuvo más acogida fue entre miembros de la ultraderecha italiana.
La misma Alicia incide en que Gladio fue creada por la CIA para impedir, por todos los medios, que los partidos de izquierda, especialmente los comunistas, llegaran al poder en los países de Europa occidental.
La joven periodista, de 35 años, investiga para su periódico y para un libro que piensa publicar, todo lo relacionado con la Matanza de Atocha de 1977 y cree haber descubierto un vínculo entre esta organización y la muerte de los abogados laboralistas.
En la llamada Semana Negra, en que corría la sangre por las calles, la democracia española pendía de un hilo y la novela plantea algunos interrogantes: ¿Qué papel jugó el espionaje norteamericano en aquellos momentos? ¿Qué y quiénes estaban detrás de los GRAPO, supuesto grupo maoísta que, sin embargo, parecía más interesado que nadie en una nueva rebelión militar? ¿Qué precio pagaron los comunistas por su legalización? ¿Por qué se abandonó la pista que hablaba de organizaciones de ultraderecha italianas como Ordine Nuovo y de la red paramilitar Gladio?
Un libro muy interesante, mezcla de realidad y ficción (o suposiciones sin confirmar), dinámico y con situaciones que son pasado muy reciente de nuestra historia, aderezado con alguna no menos interesante trama paralela, en la que una arqueóloga miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y una jueza, buscan los restos de un hombre que desapareció en diciembre de 1940, un impresor asturiano afiliado al Partido Comunista que trabajó en la publicación de revistas y libros, alguno firmado por célebres escritores como Pablo Neruda o Miguel Hernández.
No he tenido el placer de leer esta novela, aunque tengo por casa otra, del mismo autor, con un sugerente título: "Jamás saldré vivo de este mundo".
ResponderEliminarLa conozco, pero no la he leído.
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